Por doquier se escuchaban decenas de idiomas. (foto ANSA)
CIUDAD DEL VATICANO. (ANSA).- Alrededor de 60.000 personas participan ayer en la misa de Acción de Gracias por la beatificación de Juan Pablo II, informó la sala de prensa vaticana. Al rito, celebrado en la plaza San Pedro por el secretario de Estado vaticano, cardenal Tarcisio Bertone, participa una fuerte delegación de fieles polacos, encabezados por el arzobispo de Cracovia, Stanislao Dziwisz.
Para no perderse el gran día de la beatificación de Juan Pablo II, algunos peregrinos reservaron habitaciones en hoteles de lujo de Roma, pero otros pasaron la noche descansando en una bolsa de dormir, en las calles de la siempre hermosa Ciudad Eterna.
Al evento asistió una multitud proveniente de diferentes partes del mundo, cerca de un millón y medio de personas, muchas de los cuales siguieron paso a paso y de cerca en la Plaza de San Pedro todas las fases de la beatificación.
Pero también fueron muchos los que en el momento de la beatificación, precisamente a raíz de la muchedumbre, se encontraban a un kilómetro de distancia del corazón de la fiesta.
No faltó quien enviaba las imágenes de San Pedro via I-Phone o quien, como le ocurrió a un grupo de peregrinos procedentes de Milán, en el norte de Italia, logró instalarse en las sillas dispuestas por los organizadores a las puertas del Vaticano.
"Lo importante es estar y sentir el clima que hay hoy en la Santa Sede", dijo uno de los fieles milaneses, mientras que a su alrededor circulaba gente de diversos países y razas.
Se distinguían mujeres africanas con sus atuendos multicolores, algunas de las cuales llevaban los retratos de Juan Pablo II, religiosas de la India, muchísimos polacos con las banderitas de su país en la mano, jóvenes de Europa (de Francia, España y, lógicamente, muchos de Italia.
Por doquier se escuchaban decenas de idiomas, una diversidad que pareció fusionarse en el gigantesco aplauso que estalló tras la proclamación del beato Juan Pablo II, mientras abundaban la emoción y las lágrimas en los rostros de muchos fieles.