(foto ANCA24)

Costa Rica, Chile y Uruguay, son un claro testimonio, de que si se puede en la región alcanzar un alto estándar de vida

Según datos de la Organización Mundial de la Salud, la mayor esperanza de vida de Latinoamérica la posee Costa Rica, con 79 años, superando a los EEUU, y solo desplazada por Canadá, donde la esperanza de vida ya llego a los 80 años. De segundo esta Chile con 78 años y luego Uruguay con 77 años respectivamente.

Un elemento vinculante a este indicador, es que son esos mismos países, quienes poseen las mayores coberturas de distribución de agua potable a su población. Liderizando ampliamente en el subcontinente del resto de los demás países.

Un informe estadístico del 2010 del Programa de la Naciones Unidas para el Desarrollo PNUD, sitúa a Costa Rica con un potencial de 110.000 millones de metros cúbicos de agua anuales para su utilización, de los cuales sólo usa un 20,2%, y el 97% de la población tiene agua potable. Chile con un potencial de 700 millones de metros cúbicos de agua anuales, ha logrado integrar a la mayoría de su población a un sistema confiable del uso del agua potable. Garantizando una eficiencia de un 95%. Y en el caso del Uruguay, ha logrado tener una cobertura de agua potable para el 90% de sus 3,4 millones de habitantes.

El acceso al agua segura ha sido declarado un derecho humano por las Naciones Unidas. Sin embargo, el problema de la falta de una verdadera cobertura de este vital elemento potable en las distintas regiones latinoamericanas, ha hecho, que muchas de sus poblaciones, sobre todo las rurales, busquen como solución utilizar agua de ríos, vertientes y pozos que generalmente cuentan con un elevado grado de contaminación. La cual, los exponen a contraer enfermedades endémicas fatales como la hepatitis, cólera, parasitosis, entre otras.

Sola la diarrea, producida por consumir agua no tratada, provoca la muerte de cerca de un millón de personas al año y ocupa más de la mitad de las camas hospitalarias de Latinoamérica.

Costa Rica, Chile y Uruguay, son un claro testimonio, de que si se puede en la región alcanzar un alto estándar de vida, más aun con nuestra gran potencialidad de ser la región que tiene 65% del agua dulce del mundo. Somos el continente que tiene el agua para la vida, y en esa direccion debemos trabajar.