Hay desacuerdo y posturas de carácter ideológicas entre los demócratas y republicanos en torno a las exenciones fiscales aprobadas bajo la presidencia de George W. Bush impidieron que un comité bipartidista llegara a un acuerdo para reducir el gasto público y el déficit presupuestal.
Durante las negociaciones de la comisión, los republicanos insistieron que reducir las exenciones fiscales para recaudar más ingresos del erario debería ir acompañado por la garantía de que todas las reducciones de impuestos implementadas en el gobierno de Bush serían prolongadas más allá del 2012.
Esas exenciones, que afectan a todas las familias sin importar sus ingresos, fueron prolongadas ya por el presidente Barack Obama hasta el 2012.
Durante años los republicanos han criticado a los demócratas por su tendencia a elevar los impuestos, acusación que volverán a esgrimir en la campaña electoral para los comicios del 2012.
Los demócratas respondieron que la comisión fue creada para reducir el déficit presupuestario, no para aumentarlo mediante la prolongación de las reducciones fiscales. La mayoría de los demócratas, incluyendo Obama, quieren extender las exenciones de impuestos implementadas en la época de Bush a las personas que ganen menos de 200.000 dólares al año y a las parejas casadas con ingresos menores a los 250.000 dólares.
"Simplemente no pudimos superar la insistencia de los republicanos en hacer permanentes las reducciones fiscales para los estadounidenses más acaudalados", lamentó el senador demócrata John Kerry, miembro de la comisión fiscal.
"Esto fue simplemente una cuestión de doctrina para algunos de nuestros colegas republicanos, pese a que algunos trabajaron muy duramente y de buena fe para encontrar una forma mejor de avanzar", agregó.
El representante republicano Dave Camp, otro integrante de la comisión, consideró "muy lamentable que mis colegas demócratas no quisieran considerar esta reforma tan necesaria sin imponer por lo menos otro billón de dólares en aumentos fiscales que destruyen empleos y destinados a las familias y empresas".
Prolongar todas las reducciones fiscales de Bush, incluyendo evitar que millones de familias de clase media paguen el impuesto mínimo alternativo —creado en su día para los millonarios del mundo del espectáculo_, agregaría 3,9 billones de dólares al déficit en el presupuesto a lo largo de la próxima década, según la Oficina Presupuestaria del Congreso.
El plan de los demócratas añadiría 3,1 billones en el mismo plazo y obligaría a los estadounidenses más acaudalados a pagar unos 800.000 millones de dólares en nuevos impuestos.