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Hace 53 años, el 23 de agosto en la isla Kinmen empezó una batalla con China comunista que duró más de 40 días durante los cuales se dispararon más de 470,000 proyectiles de artillería, donde se lesionó y se dio muerte a más de 2,000 civiles y personal militar.
Después que terminó la crisis, el gobierno taiwanés comenzó la estrategia de utilizar "el 30% de poder militar y el 70% de política" para comprometerse con el continente. Esta política clave no sólo contribuyó a la paz en ambos lados del Estrecho, sino que también permitió al gobierno taiwanés concentrarse totalmente en el desarrollo del país. Esto representó un paso importante que condujo a los milagros económicos y políticos taiwaneses.
La paz en el Estrecho de Taiwán es crucial para la prosperidad y la seguridad taiwanesa. Hace once años, este país fue testigo del primer traspaso de poder entre los partidos gobernantes. En ese momento, la declaración de las "cuatro negaciones" y "la integración entre ambos lados del estrecho" del Presidente Chen Shui-bian aumentó las expectativas mundiales por la paz en el Estrecho de Taiwán.
Cuando nuestro partido regresó al poder hace tres años, inmediatamente apoyamos un acercamiento pragmático que sirviera a los mejores intereses de Taiwán. Es decir, nos comprometimos en mantener el estado de cosas o statu quo de la "no unificación, no independencia y no uso de la fuerza militar" dentro del marco de la constitución taiwanesa, asimismo hicimos votos para promover relaciones pacíficas con China continental, basado en el consenso de 1992. Hasta hoy, las dos partes han firmado 15 acuerdos, las relaciones entre ambos lados del estrecho prosperan, igualmente las personas de ambos lados se benefician del desarrollo.
Nuestro principio básico en manejar las relaciones en ambos lados del estrecho se enmarca actualmente en la adherencia a la "no unificación, no independencia y no uso de la fuerza militar". "No unificación" quiere decir que no se realizará ninguna negociación con China continental sobre el asunto de unificación del estrecho durante mi mandato como presidente. "No independencia" significa que no buscaremos la independencia, asimismo nos oponemos a la independencia jurídica de Taiwán. Con el "no uso de fuerza," queremos decir que nos oponemos al uso de la fuerza militar en el Estrecho de Taiwán para resolver disputas entre ambos lados del estrecho.
Durante los últimos tres años, este principio efectivamente ha asegurado la paz y estabilidad entre ambos lados del estrecho, se ha obtenido amplio apoyo entre los taiwaneses y un gran grado de aceptación de la comunidad internacional. Sin embargo, si se invalida la política de "no la unificación, no a la independencia y no al uso de la fuerza militar" y el consenso de 1992, prevalecerá un estado de incertidumbre en las relaciones entre ambos lados del estrecho, lo cual tendrá gran impacto para ambos lados, especialmente para Taiwán.
Se sabe que recientemente se ha dado pasos en aras de la paz entre ambos lados del estrecho. La fundación del fondo mutuo de inversión sigue siendo frágil y aún es necesario que ambos lados hagan esfuerzos a largo plazo para la consolidación. Al mismo tiempo, defender la paz exige más que buenos deseos. Debemos mantener una capacidad poderosa de seguridad nacional y adquirir los armamentos defensivos necesarios. Éstos representan los medios necesarios para preservar el poder y fomentar la paz.
Más de tres años de experiencia señalan que se han reducido efectivamente las tensiones entre ambos lados del estrecho, asimismo se ha construido la base para una paz duradera en el marco de la constitución taiwanesa, en base al consenso de 1992, así como la política de "no unificación, no independencia y no uso de la fuerza militar". Esto destaca la idea principal en aras de nuestros esfuerzos por alcanzar la justicia para generaciones venideras: debemos crear un clima de paz para la siguiente generación.
Mientras avanzamos en la relación entre ambos lados del estrecho, siempre nos hemos adherido al principio de "dar prioridad a Taiwán para beneficio del pueblo," asimismo no hemos dado concesiones en cuanto a la dignidad o soberanía nacional. Esto señala que con las políticas pragmáticas actuales, no podríamos mantener una relación próspera con el otro lado del estrecho mientras se sacrifica la dignidad o los intereses de Taiwán.
La República de China y toda la comunidad internacional desean con vehemencia le paz en ambos lados del Estrecho de Taiwán y esperan que la paz sea duradera y nunca más volver a la guerra.