La Santa Sede confirmó ayer que el Papa visitará Líbano del 14 al 16 de septiembre. Benedicto XVI entregará entonces las conclusiones del Sínodo de los Obispos de Oriente Medio, celebrado el año pasado en Roma.
Con su visita el Santo Padre mandará un mensaje de esperanza y unidad a los cristianos de la zona, donde las persecuciones religiosas son frecuentes, según el último informe de Ayuda a la Iglesia Necesitada.
En Líbano, más de la mitad de la población es cristiana y un 48% es católica. Ahí se reúne un gran número de iglesias católicas orientales fieles a Roma.
Le preocupa Siria
Por otro lado el Santo Padre leyó ayer ante más de 150 mil personas que llenaban la Plaza de San Pedro el mensaje Pascual de la Bendición Urbi et Orbi pronunciado en 65 idiomas diferentes. El Papa subrayó en su mensaje su deseo de que “Cristo resucitado otorgue esperanza a Oriente Próximo, para que todos los componentes étnicos, culturales y religiosos de esa región colaboren en favor del bien común y el respeto de los derechos humanos”.
A Benedicto XVI le preocupa la actual situación en Siria y por ello apeló a las autoridades locales para que interrumpan “el derramamiento de sangre y se emprenda sin demora la vía del respeto, el diálogo y de la reconciliación, como auspicia también la comunidad internacional”, haciendo referencia al plazo impuesto por la ONU, que exige que se cumpla el plan de paz en Siria antes del día 10 de abril.
En su mensaje el Santo Padre también dirigió la mirada hacia Irak, alentando a sus habitantes a no escatimar esfuerzos en su camino hacia la paz, al igual que pidió a israelíes y palestinos residentes en Tierra Santa que reemprendan el proceso de paz.
La plaza vaticana, engalanada con 45.000 flores regaladas por católicos holandeses al Papa para esta ocasión, fue testigo del mensaje de esperanza que Benedicto XVI dirigió a los oyentes durante el Domingo de Resurrección, al recordar la figura de María Magdalena.