BAGDAD.— Por lo menos 22 personas murieron y decenas fueron heridas en explosiones provocadas por insurgentes en la madrugada del jueves en el centro y el norte de Irak, en la más reciente ola de ataques relativamente pequeños pero recurrentes con el objeto de desestabilizar al gobierno.
Uno de los ataques más cruentos ocurrió al mediodía cuando un coche bomba hizo explosión cerca del cuartel local de las fuerzas de seguridad en Daqouq, en el norte de Irak. Cuando la policía llegaba al lugar a prestar ayuda una bomba colocada en el camino estalló, y mató a siete agentes. Otras 35 personas sufrieron heridas.
Más de un centenar de personas ha muerto a causa de la violencia en todo el país en lo que va de agosto, en una demostración de que los insurgentes dirigidos por un grupo vinculado a al-Qaida sigue siendo una fuerza mortífera ocho meses después que partieron las tropas estadounidenses del país.
La carnicería provocada el jueves comenzó con un ataque al amanecer en la vivienda de un militar. Los insurgentes colocaron cuatro bombas alrededor de su casa cerca de la ciudad de Kirkuk, dijo el comandante de policía, el general Sarhad Qadir. El oficial resultó ileso, pero su hermano murió y otros seis miembros de su familia resultaron heridos.
Horas después, una bomba adherida en un automóvil hizo explosión cerca de una calle de restaurantes, y una persona murió y otras 15 quedaron heridas, dijo Qadir.
Otro coche bomba cerca de un patrullero siguió, hiriendo a dos policías y a otros dos transeúntes.
Un par de horas después, dos coches bombas estallaron simultáneamente en una playa de estacionamiento cerca de un complejo de oficinas del gobierno, en el norte de la ciudad, hiriendo a cuatro personas.
Kirkuk, está situada 290 kilómetros (180 millas) al norte de Bagdad