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El ex contador del desparecido club nocturno “Elite”, la muchacha que peinaba y maquillaba a las exóticas bailarinas antes de salir de sus camerinos, un mesero que les servía los tragos y el empleado de un taller de pintura y enderezado, dieron cuenta este 28 de agosto de los movimientos de Henry Fariñas Fonseca, Alejandro Jiménez “El Palidejo”, también conocido como Alejandro (o José) Treminio, y otros de los acusados, respecto a la actividad que realizaban en el tristemente célebre antro, que también funcionaba como lugar de consumo y expendio de drogas.
El contador precisó que Hugo Jáenz era el gerente del club nocturno y ante la crisis de liquidez en que el negocio entró, le ordenó que declarara menos impuestos y como él objetó la orden le advirtió que mejor obedeciera porque si no iba a estar en problemas y además la orden la dictaba el dueño, el prófugo Gerald James Shakelford.
Hizo ver que aunque Fariñas no ostentaba un cargo nominal en el club nocturno, tenía poder de decisión. “Incluso a veces el dueño cambiaba de opinión cuando Fariñas hablaba con él; hasta ordenó el despido de una directora de Recursos Humanos”, recordó.
La técnica canina es de utilización constante para la seguridad del juicio.
El declarante señaló que toda esta información la conoció por los comentarios de meseros y el personal artístico, que también aseguraban que antes del atentado en Guatemala, Treminio (El Palidejo), llegaba al club en compañía de Fariñas.
“En una noche Treminio se consumía de tres a cinco mil dólares y llegaba escoltado hasta por ocho personas”, indicó, al precisar que también se comentaba sobre el consumo de drogas en el local.
Los declarantes formaron parte del grupo de ocho testigos que evacuaron sus testimonios en el cuarto día del juicio Fariñas-Osuna-Praderas, del que según el fiscal Giscard Moraga, sólo queda pendiente uno en lo que respecta a la parte de Fariñas, para luego “entrarle” a la de Osuna.
“El Palidejo” y su pareja
El testigo numero tres dijo ser empleado del taller “El Triunfo”, especializado en enderezado y pintura de vehículos de lujo, y confirmó que “El Palidejo” llegó en varias ocasiones con su compañera de nombre “Durley”.
Indicó que supuso que “Durley” era pareja de Treminio o “El Palidejo”, a juzgar por el trato entre ellos y porque llegaban abrazados. Casi siempre pagaban con billetes de 20 dólares.
Agregó que Felipe Mendoza, uno de los 24 reos imputados por los delitos de lavado de dinero, crimen organizado y tráfico internacional de estupefacientes, llevó hasta ahí un vehículo Audi y con una semana de diferencia un BMW del año 2005 para su reparación.
El contacto entre los acusados y sus abogados es frecuente durante el juicio.
Luego, en compañía de “El Palidejo”, Guillermo Blandón, otro de los acusados, llevó una camioneta negra proveniente de la Aduana, aunque en ese momento desconocía que el primero era el narcotraficante de origen costarricense. Señaló que fue hasta después del asesinato de Facundo Cabral perpetrado en Guatemala el 9 de junio del año pasado, que se enteró que Jiménez era el dueño del vehículo.
“En 25 días recibimos más de tres vehículos, todos chocados, una Audi, un BMW y un Porsche, esto ocurrió en el primer trimestre del 2011”, dijo el testigo, quien agregó que el costo de las reparaciones no bajaba de 40 mil dólares.
A su juicio, al parecer “lo hallaron muy caro” y luego Treminio (o Jiménez) llamó desde el extranjero pidiendo rebaja y como no hubo respuesta positiva los vehículos quedaron en el taller hasta que la Policía Nacional allanó el lugar y los ocupó. “Fue después de lo de Guatemala que me dí cuenta con qué clase de gente estaba tratando”, refirió el testigo.
Interrogado sobre si intentó contactar a Jiménez, el declarante aseguró que no porque no tenía cómo hacerlo, ya que las veces que recibió las llamadas del extranjero lo hacían de números distintos y ocultos.
El contador apuntó que el otrora propietario de la tienda de motocicletas Harley Davidson, Guillermo Terán Caldera, era firma libradora de las cinco cuentas que el “Elite” tenía con los bancos y se reunía con Shakelford cuando este venía a Nicaragua, una o dos veces al mes.
Un ex mesero de Élite que trabajó poco tiempo ahí dijo que Fariñas era como el dueño del club, mientras que el testigo número uno indicó, coincidentemente con otros, que los “harleros” se reunían en el club para la fiesta que se organizaba una vez al año a los motocicletas, con la participación de Terán Caldera.