En Brasil un hombre que robó a una farmacia, también fue víctima de sus colegas quienes lo dejaron sin carro y sin el dinero robado de la tienda de medicamentos.
Mauricio Ferro llego a una farmacia en su auto, lo dejó estacionado enfrente y se encaminó a robar la farmacia. Las cámaras de seguridad, que quedaron en la posición justa para filmar el suceso, y en las imagenes se muestra cómo en ese instante, otro hombre entra al auto, y en pocos segundo se lo lleva.
Solo segundos después, el ladrón sale exitosamente de la farmacia con una bolsa de dinero en mano, pero queda totalmente confundido al ver que el auto desapareció. Se queda unos instantes mirando alrededor intentando descifrar lo que había ocurrido con su coche, y para su sorpresa, otro ladrón aparece y le roba su botín. El Ferro se quedó sin nada.
Ante la situación, Mauricio acude a la comisaría para quejarse, y se encuentra con que la farmacia la cual robó, ya había presentado la denuncia, y por ende es capturado.
Se queja de la violencia e inseguridad
En una entrevista ante los medios, el ladrón se queja de la violencia, diciendo que ahora uno sale a robar y vuelve más pobre. “Mi auto estaba nuevito y me lo robaron” dice Mauricio, a lo que el entrevistador le pregunta si recién lo había comprado, y Mauricio responde, “¿Comprar? Lo robe ayer mismo, estaba nuevito”.
“Si el auto no era tuyo de que te quejas?”, le pregunta el entrevistador, “Y bueno, del asalto arriba de mi asalto” responde Mauricio furioso con la inseguridad en Brasil.
“Y el dinero (de la farmacia) tampoco era tuyo” continúo recriminando el entrevistador, “¿Cómo que no? El dinero era mío si, si lo robe era mío, fue fruto de mi falta de trabajo”.