NEWTOWN - Los ciudadanos de Newtown, Connecticut, están en la búsqueda de presionar a los políticos estadounidenses para evitar el acceso a las armas, cuando realizaban el entierro a más víctimas del segundo tiroteo de mayor mortalidad en una escuela en la historia de esta nación.
Hoy fueron enterrados seis de las víctimas, entre ellas de seis años, asesinadas a balazos la semana pasada por un hombre de 20 años fuertemente armado que realizó ataques en una escuela primaria con un rifle de asalto.
Cientos de personas asistieron al funeral de Benjamin Wheeler, de seis años, y atestaron la iglesia episcopal Trinity, y dos filas completas del recinto estuvieron ocupadas por miembros de los Boy Scouts.
La masacre ocurrida el 14 de diciembre, en donde murieron 28 personas -incluyendo a 20 niños y al atacante-, ha causado nuevas discusiones para aumentar las leyes sobre armas en el país, un tema político complicado en Estados Unidos, donde hay una fuerte cultura de propiedad individual de armas.
El vicepresidente Joe Biden convocó a la primera reunión de un nuevo grupo de trabajo de la Casa Blanca al que el gobernante Barack Obama le solicitó crear un plan para administrar con la violencia armada en Estados Unidos.