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Mahmoud Ahmadineyad, Presidente de Irán.
Estados Unidos advirtió a los países latinoamericanos que recibieron al presidente iraní Mahmoud Ahmadineyad que podrían ser sancionados si estrechan sus relaciones comerciales con Irán.
Esta declaración, que a algunos expertos hace recordar los tiempos de la Guerra Fría, la emitió el Departamento de Estado norteamericano tras la gira del mandatario iraní por Venezuela, Nicaragua, Cuba y Ecuador esta semana.
"Si (los encuentros) van a llevar a esos países en la dirección de comprar más petróleo iraní y recurrir más a sus bancos, entonces obviamente se están volviendo más vulnerables a las sanciones estadounidenses", indicó la vocera del Departamento de Estado, Victoria Nuland.
Si bien la portavoz reconoció que es una competencia soberana de cada país decidir a qué gobernantes recibe, subrayó que para Washington la visita de Ahmadineyad no es útil a la política mundial.
Uranio de Ecuador
El jueves, con motivo de la llegada a Quito del líder iraní, la congresista republicana de EE. UU., Ileana Ros-Lehtinen, expresó su temor de que Irán obtenga acceso a las reservas de uranio de Ecuador para nutrir su programa nuclear.
La legisladora, que preside el Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes, consideró que "la creciente alianza de Irán con (el presidente ecuatoriano Rafael) Correa facilita la capacidad de Teherán de acceder a las reservas de uranio de Ecuador".
“Primera vez en mi vida que me entero que Ecuador tiene uranio”, reaccionó Correa durante una rueda de prensa conjunta con Ahmadineyad.
Correa apoyó el derecho de Irán para desarrollar un programa nuclear pacífico y sugirió el sábado que se acometan cambios en la Organización Internacional de Energía Atómica, para evitar que esta agencia de la ONU se convierta en un instrumento de política exterior de ciertos países hegemónicos.
Tensión creciente
Esta semana se agravó la tensión entre la República Islámica y Occidente debido a la declaración de Teherán de que está enriqueciendo uranio hasta el 20% y el asesinato de un importante científico nuclear, del cual Irán acusó a la inteligencia de EE. UU., el Reino Unido e Israel.
Occidente asegura que el programa nuclear iraní apunta a crear armas nucleares, por lo que ha impuesto una serie de sanciones contra el país. La tensión se agrava con amenazas de usar la fuerza, enunciadas por varios altos cargos de EE. UU. e Israel.
Teherán defiende que enriquece uranio para producir electricidad y muestra su disposición a afrontar la posible amenaza militar.