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La voz de alerta la han dado los productores del campo que advertieron de un acuerdo por parte de organismos gubernamentales que pretende sustituir las semillas nativas por otras cuyo ADN ha sido manipulado, con lo que se provocará una dependencia de los productores para suplirse de semillas.
En el país el tema de los alimentos transgénicos no ha sido debatido masivamente, y ni siquiera existe un código ni una ley de bioseguridad que regule este mercado en crecimiento, lo que no sólo implica una desprotección para los productores, sino para la población consumidora, puesto que se desconocen sus efectos sobre la salud.
La nutricionista Marisela Jiménez de Mañón refiere que en el mercado dominicano se comercializan productos transgénicos, entre los que cita tomate, maíz, cereales, leche de soya y salmón, sin que el consumidor tenga información de ello.
Los campesinos destacaron que el acuerdo aceptado por el Ministerio de Agricultura permite la entrada al país de semillas genéticamente modificadas. Hicieron un llamado a los Ministerios de Agricultura y Medio Ambiente para que estos abran un debate con los diferentes sectores para que expliquen el convenio.
También pidieron al Congreso Nacional la aprobación de la ley de Bioseguridad para que así se apliquen los conocimientos, técnicas y equipamientos para proteger al sector.
Plantearon que Monsanto ha sido una de las empresas que ha tenido más problemas a nivel mundial, debido al peligro potencial o real de sus productos sobre la salud humana, animales, plantas y sobre el medio ambiente en general.
Mientras se espera la aprobación de la Ley de Bioseguridad, un conjunto de entidades continúa trabajando en el desarrollo de capacidades y en el fortalecimiento institucional.
Fruto de ese esfuerzo se ha creado el Centro de Intercambio de Información sobre la Seguridad de la Biotecnología de República Dominicana (CIISB), para el intercambio de información y experiencia -técnica, científi ca, ambiental y jurídica- referente a la temática.
Pero la gran interrogante es el impacto que los alimentos transgénicos causan sobre la salud. En lo que el panorama se aclara, y se determina mediante investigaciones concluyentes si los transgénicos son inocuos a la salud humana (o todo lo contrario), la Fundación por los Derechos del Consumidor (Fundecom) está opuesta a la introducción de semillas transgénicas.