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Físicos iraníes han realizado con éxito los test de la primera barra del combustible nuclear fabricada en el país.
Hecha de uranio enriquecido, la barra fue colocada en el núcleo de un reactor experimental de Teherán para estudiar si trabaja de manera apropiada, para producir energía. Así lo ha afirmado la Agencia de la Energía Atómica en un comunicado publicado en su sitio web.
La barra de combustible nuclear acumuló 1.500 megavatios hora, luego de que la sometieran a pruebas. Unas de ellas tenían como objetivo evaluar la cantidad de partículas que radiaba, otras garantizar la ausencia de fugas del material capaz de provocar la contaminación del ambiente. La agencia no precisó el grado del enriquecimiento del combustible dentro de la barra.
Sospechas en Occidente al respecto
Desde que la República Islámica abordó en 2005 su programa de desarrollo de energía atómica, EE. UU. y varios países de Europa declararon sus sospechas de que, acogiéndose a un programa pacífico, Teherán crearía una bomba nuclear. El estado persa desde el inicio rechazó esos temores, al igual que los intentos de imponerle restricciones desde el extranjero.
Bajo la administración de George W. Bush fueron impuestas las primeras sanciones contra distintas instituciones y personas implicadas en los trabajos con uranio. Posteriormente el régimen de sanciones se fue recrudecido en varias ocasiones, especialmente en 2009, tanto por el Gobierno estadounidense, como por la Unión Europea.
Una reciente ronda de especulaciones contra Irán siguió en noviembre pasado. Tuvo como objetivo obstaculizar los canales de la financiación del programa nuclear y extendió el régimen de sanciones a varios políticos y jefes militares. Últimamente las relaciones entre Teherán y Occidente se han oscurecido debido a las recientes amenazas de aplicar la fuerza contra las instalaciones nucleares persas.
El Gobierno de Mahmoud Ahmadineyad sigue insistiendo en el carácter puramente energético de sus experimentos y del programa ‘Átomos para la paz’ en general. Sin embargo acude de vez en cuando a métodos clandestinos de importación de los recursos y materiales necesarios para su realización.
Así, a mediados de diciembre pasado los servicios de seguridad de un aeropuerto de Moscú impidieron el contrabando de materiales radioactivos a Irán. Uno de los pasajeros intentó llevar al avión 18 objetos metálicos, cuyo nivel de radiación superaba 20 veces el admitido, con lo que activó el sistema de alerta del control radioactivo.