Hay hombres que trabajan como si fueran a vivir eternamente" Demócrito Amo mi trabajo, todo el tiempo estoy en mi oficina, tomo una bebida y como unas galletas para no perder tiempo, me apasiona tanto el trabajo que aun durmiendo resuelvo problemas. ¿Acaso esta será la panacea para enfrentar situaciones críticas que amenazan el nivel de éxito o supervivencia de las organizaciones? Muchas empresas, que quieren sobrevivir ante la dura competencia, demandan de su personal un gran esfuerzo, que genera fatiga y estrés, que poco a poco, va deteriorando su salud y en graves ocasiones les lleva a la muerte.
Es que intenso trabajo se relaciona con alta productividad, y para muestra basta un botón, una nación reconocida por su intenso trabajo sin descanso es Japón, que tras su derrota en la 2ª. Guerra Mundial, tuvo un acelerado ritmo de recuperación que dejo mucho muy atrás los estándares que tenía como pueblo, para convertirse en la segunda potencia mundial, muchas son las razones por las cuales se logro este crecimiento vertiginoso, una de ellas, quizá la más importante, fue el tremendo esfuerzo que hicieron los japoneses, trabajando al máximo para salir de la pobreza.
A ellos se debe el término del concepto de muerte por sobrecarga de trabajo Karoshi, concepto que ha puesto en duda el llamado milagro japonés, puesto que se relaciona con la sobreexplotación, con trabajar para dejar de vivir.
El primer caso de karoshi fue en 1969 cuando un empleado de embalaje de una gran compañía de periódicos japonesa falleció de un ataque al corazón a los 29 años de edad, después de llevar más de 40 días seguidos sin apenas descansar.
El karoshi empezó a ser visible durante los años 80’s cuando ejecutivos japoneses trabajando bajo mucha presión y estrés empezaron a morir de forma imprevista y brusca en sus puestos de trabajo.
Actualmente se calcula que más de 10,000 japoneses mueren al año por karoshi. La muerte por karoshi es repentina y sobreviene por hemorragia cerebral, insuficiencia cardiaca o respiratoria, debido a un exceso de fatiga que produce alta presión y endurecimiento arterial.
Hoy por hoy la presión laboral, el trabajar por encima del horario de forma continua, ha ocasionado que muchas personas sufran problemas o enfermedades derivadas del exceso de trabajo, entre los que destacan derrames cerebrales y ataques al corazón.
Al trabajar como si la vida fuera eterna, se hace a un lado el disfrutar de una buena calidad de vida, la mayoría de las veces desplaza a nuestra pareja, hijos, padres, hermanos, amigos e inclusive a nuestra propia persona, por eso importante administrar nuestro tiempo de modo que se pueda gozar de todos los momentos que hacen real la vida, el estar aquí y ahora, dedicar una hora a la familia al 100%, treinta minutos a mi persona exclusivamente sin pensar en problemas laborales y mejor aun ser realmente productivo en el horario laboral, puesto que como dijo Henry Cooke "el trabajo pesado es por lo general la acumulación de tareas livianas que no se hicieron a tiempo", y como lo decía mi antiguo jefe "aquel que tarda más de 8 horas en realizar su trabajo está haciendo algo mal".
Fuente: Anonima
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