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La IX edición será en homenaje a uno de los imprescindibles de América Latina, Ernesto Cardenal.
El sábado a las seis y treinta de la tarde dio inicio el acto oficial de clausura. El primero en hablar fue el embajador de España, León de la Torre Krais, quien recordó a los presentes la nominación de la Fundación Festival Internacional de Poesía de Granada para el Premio Príncipe de Asturias, galardón destinado a reconocer la labor cultural, científica o técnica, a una persona, institución o grupo de personas. Este premio es considerado el más importante después del Nobel.
El bardo mexicano Homero Aridjis leyó la declaración que firmaron los poetas asistentes de diferentes partes del mundo, la cual expresa: “Los poetas internacionales y de Nicaragua participantes el VIII Festival Internacional de Poesía de Granada solicitan respetuosamente a la UNESCO: Designar a la ciudad de Granada y a su Gran Lago Cocibolca como sitio mixto del Patrimonio Mundial de la Humanidad”.
Francisco de Asís Fernández Arellano, presidente del FIPG, convocó a los presentes para asistir el próximo año a este evento, que ya se encuentra en la agenda cultural del continente. Ernesto Cardenal será el poeta homenajeado de la siguiente edición.
“Es así que la Junta Directiva del Festival Internacional de Poesía de Granada, ACUERDA convocar al IX Festival en homenaje al poeta Ernesto Cardenal, uno de los imprescindibles de América Latina y una gloria y orgullo de nuestro país. Nos alegramos de poder contar con Ernesto entre nosotros y convocar a que la poesía que él ha cantado, también le cante y le rinda un merecido homenaje”, dijo Fernández Arellano.
Con un público atento a las lecturas que poeta tras poeta iban declarando a la noche, llegó el final de las mesas de lectura. Una vez más, Granada vuelve a su tiempo ordinario, hasta que los atrios, colegios, parques y municipios vuelvan a llenarse de versos.
El punto final lo puso La Cuneta Son Machín, con sus cumbias y ritmos aderezados con guitarras eléctricas, la noche se fue acabando. Así termina la octava edición del FIPG, en homenaje a Carlos Martínez Rivas y en saludo a los cien años del natalicio de Pablo Antonio Cuadra; con las lágrimas del desamor enterradas y la consigna: “La poesía es insurrección solitaria”.