La introducción de especies exóticas en ambientes terrestres, ha sido uno de los problemas más graves que ha enfrentado el programa de la conservación de la diversidad biológica y de sus ambientes naturales en todo el planeta.
Estas especies se introducen de una manera accidental o deliberada y su traslado es favorecido por el creciente comercio de los productos que éstas generan.
Una vez instaladas en ambientes que no son los suyos, las poblaciones de estas especies, hacen un enorme daño al ecosistema, amenazando a plantas y animales nativos, y en muchos casos a la salud humana.
Después de la destrucción del hábitat, la introducción de especies exóticas es la segunda causa de la pérdida de diversidad biológica.
En Venezuela estas consecuencias han sido demostradas con especies como la Rana Toro (Rana catesbeiana) proveniente del Este de los Estados Unidos. Actualmente ha ampliado su distribución geográfica hacia el occidente del país, produciendo graves daños a la biodiversidad de la región andina.
La rana toro es un portador sano del hongo Batrachiochytrium dendrobatidis responsable de la Chytridiomycosis, que se le considera responsable del declive de los anfibios a escala mundial y puede haberse extendido a través del comercio.
Se ha observado la presencia de la rana toro en la región andina de Jají, Municipio Campo Elías, Estado Mérida, detectándose poblaciones conformadas por cientos de individuos adultos y decenas de miles de larvas en una laguna artificial en el Complejo Recreacional “Los Cínaros”.
Se han realizado los estudios para comenzar el proceso de control y por Resolución del Ministerio del Ambiente que, en diecinueve artículos, delinea estrategias para controlar y erradicar al anfibio, se ha venido enfrentando el problema. Desde entonces las actividades continúan, pero aun no se detiene el avance de la población.
Se cree que la misma a parte de ser un depredador de otras especies a “contaminado” especies endémicas cuasándoles probable desaparición, por la propagación del hongo Batrachiochytrium.
En el centro del país, la pipa parva, una rana endémica que proviene del Lago de Maracaibo, en el estado Zulia, está haciendo estragos en la cuenca del Lago de Valencia, en el estado Carabobo.
Alejandro Álvarez, biólogo venezolano, explica que aunque esta rana no representa un peligro de salud o económico, sí hace que surjan problemas ambientales.
“La pipa parva se está produciendo de manera extraordinariamente abundante en la cuenca del Lago de Valencia y está reemplazando a las especies locales, tanto que está afectando a la diversidad local”, afirma el biólogo.
Álvarez agrega que afecta a la fauna que se encuentra en ese lugar ya que, además de la contaminación y del daño que se produce al hábitat local, llega una especie que es superior y que amenaza la habitabilidad de las demás especies, especialmente en el caso las ranas locales.
Indica que hasta los momentos se desconoce como se originó el desplazamiento y el impacto exacto real causado a la biodiversidad de la región por la rana pipa parva. Sin embargo, considera que se debe trabajar al respecto para evitar que siga ocasionando más daños y revertir, en lo posible, el perjuicio causado.