foto C. Pérez
El Gobierno de Nicaragua decretó ayer una alerta amarilla en el río San Juan a causa de “la destrucción del medio natural (suelo, agua y biodiversidad) “ que sufriría ese caudal debido a los sedimentos arrojados por una carretera de 160 kilómetros que construye Costa Rica, país que sostiene se ha “sobredimensionado” el caso.
Managua activó en el sector del río San Juan el Centro de Operaciones de Desastres Nacional y una serie de planes de contingencia.
También actualizó su inventario de recursos, fuerzas y medios, para ponerlos a disposición ante cualquier “evento adverso que puedan causar las lluvias” en el caudal.
El decreto ordena a todas las instituciones estatales mantener una permanente comunicación y coordinación para responder en este período de invierno y estar listo para evacuar a los pobladores de las zonas aledañas.
La alerta amarilla decretada por Ortega es en respuesta a una solicitud de organizaciones ambientalistas nicaragüenses que sostienen que con la carretera costarricense, miles de toneladas de sedimento caen cada día en el río San Juan, lo que “altera la calidad” de sus aguas y “destruye el hábitat acuático y el ecosistema como un todo”.
El Gobierno de Costa Rica ha admitido que la carretera, que provocó una denuncia de Nicaragua ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ), se construye de emergencia, por lo que no existen planos.
Ese país, sin embargo, cree que se “ha sobredimensionado el problema” y aseguró que tienen planes para mitigar los daños ambientales provocados por la nueva infraestructura.