Unos quince millones de ciudadanos sirios acuden este lunes a las urnas en unos comicios parlamentarios que prometen ser los más transparentes de la historia del país y en los que, por primera vez en cincuenta años, participan diferentes fuerzas políticas.

Esta situación es posible gracias al multipartidismo que introdujo la nueva Constitución siria y que acabó con la hegemonía absoluta del partido Baaz. El nuevo Parlamento debe quedar configurado a finales de mayo.

Ahora más de siete mil candidatos de diferentes movimientos, entre ellos más de setecientas mujeres, lucharán por los 250 escaños del Parlamento. La televisión estatal retransmite en directo la votación desde las urnas cumpliendo la promesa de las autoridades de celebrar unos comicios "libres, trasparentes y justos".

Por su parte, sectores de la oposición siria llamaron al pueblo a boicotear las elecciones parlamentarias, que consideran ilegítimas.

El proceso democrático se celebra bajo una frágil tregua entre la oposición armada y las autoridades, ambas bajo observación de la misión de la ONU. Pero la violencia no cesa y continúan los atentados.