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La marea esta alta y vemos como las aguas se adentran sobrepasando varios metros el limite natural de esa porción de costa. La bruma de esas pequeñas olas de lago o como dicen aquí en Maracaibo: marullos, arrastran cientos de envases plásticos, de múltiples colores y tamaños.
Uno tras otro van llegando, pareciera que se empujan entre si, creando una apretujada alfombra que cubre densamente (hasta mas de un metro de altura), lo que fue en el pasado una de las costas mas bellas del Estado Zulia en Venezuela.
Luego al bajar la marea, la barrera plástica ya enquistada entre las raíces del bosque de mangle rojo o negro, se prepara para esperar la nueva marea y así seguir creciendo y amalgamando más plástico. Esa es la rutina, de las costas del Lago de Maracaibo y en especial de las orillas del único pulmón verde que le queda a la ciudad, el parque Comunal “Tierra de Sueños”.
La comunidad de Capitán Chico del pueblo de Santa Rosa de Agua en la ciudad de Maracaibo, donde esta ubicado “Tierra de Sueños”, bautizó esas costas de su parque con el nombre de “Playa Plástica”. Siendo este punto una de las paradas “estrellas” para quienes recorren su majestuoso sendero de interpretación. Los ecoguias explican, de la manera más pedagógica, el impacto de la contaminación por plástico producto de la impunidad de quienes a lo largo de los 19 municipios que comparten la cuenca del Lago de Maracaibo, soterradamente siguen usándolas, como basurero o relleno sanitario lacustre clandestino. Un testimonio visual dantesco pera aleccionador.
Playa Plástica, mas allá de una ironía ante lo abrumador que significan las cientos de toneladas de polietileno y polipropileno que se depositan en las costas del bosque de manglar, hoy es la principal referencia que enarbolamos los ambientalistas del Zulia, para generar conciencia sobre el daño que es capaz de hacer el hombre a su entorno y al más grande reservorio de agua dulce de Latinoamérica.