STEYREGG, Austria - Los aditivos botánicos en los piensos apoyan las operaciones sostenibles con ganado, y de este modo promueven la salud de los animales de granja, además de reducir su impacto sobre el medio ambiente y la salud pública. Estudios científicos recientes revelaron que si a todos los cerdos y aves de corral de mundo se les dieran aditivos botánicos en los alimentos, cada año se podrían eliminar del ambiente 29 millones de toneladas de CO2: la huella de carbono de todos los ciudadanos de la capital de España, Madrid.
Los aditivos botánicos en los piensos utilizados en la producción animal han demostrado hace ya mucho tener efectos positivos sobre el medio ambiente. Conocidos como "aditivos fitogénicos para piensos", los ingredientes activos de estos productos proceden exclusivamente de hierbas, especias y sus extractos. Ayudan a los granjeros a criar animales sanos, y reducen las emisiones de gases de invernadero y amoniaco.
A medida que los alimentos y las fuentes de los alimentos van siendo consideraciones cada vez más importantes en la toma de decisiones de los consumidores, las inquietudes de éstos se transforman en las inquietudes de los productores de alimentos, granjeros, supermercados y restaurantes. Las elecciones del consumidor seguirán marcando la diferencia en la calidad de los alimentos que comemos.
La compañía familiar DELACON es la pionera y la mayor productora mundial de aditivos fitogénicos para piensos. Desde sus mismos inicios, una mejoría en el estado de los animales, el rendimiento y la eficiencia de los piensos garantizando a la vez una alta calidad y una cadena de alimentación sostenible ha sido uno de los principales objetivos de la compañía.
La evaluación científica del ciclo de vida y la huella de carbono de los productos de DELACON mostró una significativa reducción de los impactos ambientales cuando se utilizan estos aditivos en la producción de ganado. Un cálculo muestra que si a todos los cerdos y aves de corral de mundo se les dieran aditivos fitogénicos en los alimentos, cada año se podrían eliminar del ambiente 29 millones de toneladas de CO2: una huella de carbono equivalente a la de todos los ciudadanos de la capital de España, Madrid.