BEIRUT y MOSCU – Los conflictos internacionales aumentaron aún más ayer, momentos que Siria acusa a Turquía de "acto de piratería", al obligar a una nave que viajaba desde Moscú a Damasco aterrizase en Ankara, y Rusia exige explicaciones ante lo ocurrido.
A ese cruce de palabras se sumó la afirmación del premier turco, Recep Tayyip Erdogan, de la existencia de "municiones rusas" dentro de la aeronave. La cancillería de Siria indicó en un comunicado que Turquía incurrió en "comportamiento hostil" y el Ministerio de Transportes, a través de un informe de la televisión libanesa Al Manar, denunció un "acto de piratería".
El avión de Syrian Airlines iba desde Moscú a Damasco con 37 pasajeros y miembros de la tripulación, de ellos 17 son ciudadanos rusos, y fue forzado a aterrizar en el aeropuerto de Ankara.
Ghaida Abdullatif, que está a cargo de la dirección de la compañía, denunció que autoridades turcas "agredieron" a los miembros de la tripulación cuando no quisieron firmar un documento en el que debían declarar, se conoció, que habían solicitado realizar un aterrizaje de emergencia.
También se advirtió, a través de declaraciones reportadas por la agencia oficial Sana, que fueron forzados a realizar una operación que puso en riesgo la vida de los pasajeros.