Los ministros de Exteriores de la Unión Europea (UE) han adoptado este lunes nuevas sanciones contra Irán con el objetivo responder con dureza a la falta de avances en la negociación sobre el polémico programa nuclear iraní. El paquete tiene carácter económico y afecta principalmente a los sectores energético, comercial y de telecomunicaciones.
Las nuevas sanciones incluyen prohibir las transferencias entre bancos europeos y entidades iraníes que no cumplan con una serie de condiciones y tengan una autorización previa.
Asimismo, congelarán los activos de 34 empresas que suministran una financiación "sustancial" al régimen y se prohibirán las importaciones de gas natural iraní.
La UE introduce estas sanciones como represalia por el programa nuclear de la República Islámica y los dirigentes del bloque afirman que con ellas ejercerán presión sobre el Gobierno de Irán, sin perjudicar a la población civil.