Una protesta por parte de la tribu más amenazada de la Tierra, los awás, ha obligado a la mina de mineral de hierro más grande del mundo a suspender sus operaciones a lo largo de su principal vía ferroviaria.
Este pasado martes cientos de indígenas, entre ellos los awás, llegaron hasta las vías de tren de la mina de Carajás, propiedad de Vale, para expresar su oposición a un plan del Gobierno de Brasil que, de ser aprobado, debilitaría sus derechos territoriales.
La manifestación llega tras meses de indignación por un borrador llamado Directiva 303, que prohibiría la expansión de los territorios indígenas.
El Gobierno ha rechazado desechar el proyecto de directiva a pesar de que viola la normativa nacional e internacional al sugerir que ciertos proyectos pueden llevarse a cabo en tierra indígena sin las adecuadas consultas.
La frustración estalló el martes, cuando varios pueblos indígenas se unieron para exigir respeto por sus derechos territoriales.
Este bloqueo es la última de una serie de polémicas alrededor del gigante minero Vale, cuya vía de ferrocarril bordea el territorio de los awás.
El mes pasado un juez revocó una sentencia que había paralizado el proyecto de la empresa de ampliar la vía para incrementar la producción.
Dicha decisión supuso un duro varapalo para los awás, que culpan a la vía de atraer a miles de invasores hasta sus tierras y de asustar a los animales que cazan.
El director de Survival International, Stephen Corry, ha declarado hoy: “Si Brasil quiere ejercer su liderazgo y mostrar al resto del mundo que respeta a sus pueblos indígenas, no debería estar considerando propuestas dañinas de un puñado de poderosos del medio rural. Esta protesta muestra que para indígenas como los awás, los derechos territoriales son cruciales”.