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El Club de París y el FMI consternados con Argentina; Canadá e Italia votan contra nuevos créditos del BID para Argentina; y grandes protestas contra la Kirchner socavan la imagen de su gobierno.
WASHINGTON.- Tras las recientes protestas contra Cristina Kirchner en toda Argentina, la ATFA elogió el liderazgo de las instituciones financieras internacionales frente a Argentina y destacó las crecientes críticas sobre las políticas de la Presidente Kirchner, según los siguientes acontecimientos recientes:
Se prevé que el Fondo Monetario Internacional emitirá un informe muy fuerte contra Argentina el lunes (La Nación);
Canadá e Italia se han unido a los EE.UU. en votar contra los créditos del BID para Argentina (La Nación);
El Club de París está molesto con Argentina y Nicola Stock, líder de la Task Force Argentina (Italia), pide que Argentina sea expulsada del G-20 (Clarín); y
En Argentina han ido aumentando las protestas masivas contra la Kirchner, a medida que ésta se acerca a cambiar la constitución del país para postularse de nuevo (varios informes).
"La creciente condena internacional contra la Argentina y los nuevos disturbios civiles son un llamado al gobierno Kirchner de que su mala gestión económica, sus distorsiones de los datos económicos nacionales y su desprecio por el estado de derecho en el plano internacional han acabado la paciencia", explicó el copresidente de la ATFA Robert Shapiro. "La ATFA y el gobierno de los Estados Unidos han reprochado a Argentina por su falta de hacer algún cambio en varios asuntos, entre ellos su rechazo de pagar los últimos laudos pendientes del Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (CIADI) del Banco Mundial, así como su falta de compromiso con sus acreedores y las instituciones internacionales. Instamos a la Presidente Kirchner a que cumpla sus obligaciones pendientes y normalice las relaciones de su país con los acreedores estadounidenses y la comunidad internacional".
Argentina dejó de pagar un récord de US$ 80.000 millones de deuda soberana en 2001 y repudió las deudas contraídas con muchos acreedores extranjeros, por lo que el mundo considera que el país está aún en mora. Debido a que Argentina se ha negado a pagar tanto su deuda pendiente a sus acreedores privados -incluyendo US$ 5.000 millones que debe a prestamistas estadounidenses- como los más de US$ 9.000 millones que debe a los países miembros del Club de París, Argentina ha sido efectivamente excluida de poder recaudar nuevos fondos en los mercados internacionales de capital.
En respuesta a las promesas incumplidas de Argentina para pagar a sus acreedores internacionales, Nicola Stock, representante de los tenedores de bonos italianos, exigió en la reunión del Club de París celebrada esta pasada semana que "Argentina debería ser expulsada del G-20".
Los gobiernos de Canadá, EE.UU., España e Italia hicieron eco de este descontento con las políticas de Kirchner ante el Banco Interamericano de Desarrollo, oponiéndose esta semana a concederle a Argentina un nuevo paquete de préstamos valorado en US$ 700 millones. Desde septiembre de 2011, Estados Unidos se ha opuesto a todo préstamo futuro para la Argentina por parte del BID y el Banco Mundial, con la excepción de préstamos para programas dirigidos a los más pobres.
Argentina también enfrenta fuertes críticas en el FMI por su falta de participación en los análisis económicos periódicos a los que se someten los demás países y por no corregir falsas estadísticas oficiales sobre la inflación y el crecimiento económico. El FMI decidirá el lunes si implementará una "medida de censura", una herramienta que se utiliza muy poco y que abriría la puerta a sanciones más graves.
La comunidad internacional comprende que el pueblo argentino merece algo mejor. "Cada día que el gobierno Kirchner se niega a acatar el derecho internacional y pagar a los prestamistas, añade más dificultades a la vida cotidiana de los ciudadanos argentinos", dijo la copresidente de la ATFA Nancy Soderberg. "La Presidenta Kirchner se equivoca en decirle al pueblo argentino que 6 pesos, o US$ 1.30, es suficiente para comprar alimentos para un día. Ahora es el momento de tomar medidas audaces para exigir un fin a las políticas inaceptables de este gobierno".