Nicaragua ha logrado un Producto Interno Bruto (PIB) del 30 por ciento, con 9 mil 300 millones de dólares americanos, informe fue recobrado a través del Sistema Nacional de Cuentas de Nicaragua con año de referencia del 2006, informó el Presidente del Banco Central de Nicaragua (BCN), Alberto Guevara.

Esto significa que el PIB per cápita fue de $1,239 durante el año 2007 y ahora se encuentra en $1,582.2 en 2011, dando a entender que el PIB del país anduvo por los $7 mil 300 en el año 2007. “Nuestro país cuenta a partir de este momento con un sistema de cuentas nacionales y estadísticas macroeconómicas más sólidas, con mayor cobertura y más precisas”, informó el Presidente del BCN.

Estos datos que aumentan el valor de la economía no significa que la pobreza se haya ido sino que en las estadísticas se alcanzó aumentar a $300 per cápita, aunque Nicaragua siga siendo el segundo más pobre de América Latina, pero las condiciones hay que revisarlas, de acuerdo a economistas.

“Estamos pasando de un PIB per cápita de US$1,500 dólares por persona, eso nos pone en una condición de que probablemente hay que revisar, aunque eso no significa que ha cambiado la condición económica de los nicaragüenses, aunque en términos estadísticos estamos mejor”, indicó el economista René Vallecillo.

Vallecillo solicita al BCN una revisión en los datos, sobre todo en el trabajo informal puesto que han aumentado este tipo de trabajo. Guevara refutó que “es una realidad que seguimos siendo el segundo país más pobre de América Latina, sin embargo, vamos acortando las brechas con el resto de países a nivel de Centroamérica”.

Guevara explicó que hay un mayor valor agregado en temas de industrias, donde encontramos las telecomunicaciones, de intermediación financiera, servicios personales y empresariales.

“La deuda pública se ha reducido al pasar de 72% que estaba en la estimación del año base 1994, a 56%, con el año de referencia 2006”, señaló Guevara, agregando que se logró este avance por un mejor desempeño de las instituciones del estado y una presión tributaria más baja.