Nuestro vecino rojo siempre ha estado latente en la mente de la civilización humana actual, y desde que la Nasa lanzó uno de los exploradores más grandes construidos en la tierra hacia Marte, el Rover Curiosity, ha logrado aclarar bastantes dudas al respecto, por sus sistemas modernos de análisis de tierras portátil.
Ideas y mitos sobre Marte han existido pero que en esta ocasión tienen una explicación científica con la llegada del Curiosity a suelo marciano, una de ellas ha sido confirmada, tomando en cuenta la presencia de hielo descubierto de los cascos polares del rojo durmiente.
Con la misión del Phoenix Lander se logró determinar precipitaciones con forma de hielo seco en los cielos del planeta, almacenada como datos para los astrofísicos y geólogos.
Recientemente en un estudio que se publicó en Journal of Geophysical Research, se explica claramente creaciones de nubes de dióxido de carbono helado con un diámetro de 500 kilómetros que podrían crear nevadas secas.
El reporte de la realidad fue recibido por la sonda Mars Reconnaissance Orbiter (MRO) que tiene instrumentos climáticos de nombre Mars Climate Sounder, con habilidades de hacer análisis profundos de gran detalle para analizar las características marcianas.
Cabe recordar que la atmósfera de Marte tiene una composición del 95% de dióxido de carbono, causando que la nieve caiga como hielo seco o carbónica, totalmente diferente a la que tenemos en la Tierra.
En la Tierra para lograr hielo seco las temperaturas deben estar a -78ºC, mientras en Marte por su situación atmosférica se debe alcanzar los -125ºC para producir nieve carbónica, y esto pasa en los casquetes polares del rojo durmiente.
Los datos que envió la Mars Reconnaissance Orbiter despierta aun más interés en los científicos puesto que son los primeros datos de nieve que caen en otro planeta.