foto C. Pérez
Francisco Díaz.
Con una tasa de homicidios de 12 por 100 mil habitantes, la más baja de Centroamérica, la Policía de Nicaragua está hoy al frente en la región con un reconocido modelo de seguridad ciudadana. Francisco Díaz, segundo jefe de ese cuerpo, aludió a ese indicador internacional como uno de los que evidencian la eficacia del trabajo policial en el país, resultado de la cohesión social y la estrategia del gobierno, informó Prensa Latina. Al celebrar los 33 años de esa fuerza, Díaz aseguró que desde 2007 se implantó un proyecto preventivo e inclusivo con la participación comunitaria, familiar y de otras instituciones como la mayor fortaleza.
Puntualizó que la Policía nicaragüense es la de mayor antigüedad en el área, porque las de los restantes países datan de la década de los 90 y otros de sus signos distintivos son la ética, los principios y valores en un compromiso ciudadano que marca ese quehacer. Ratificó a Nicaragua como muro de contención contra el crimen organizado y el narcotráfico, en un entorno devenido corredor desde la producción al sur y el consumo al norte. Aunque reconoció que se enfrentan retos ante la violencia, la delincuencia y la actuación de algunas bandas juveniles, esas situaciones están alejadas de las famosas pandillas o maras en naciones vecinas y de la inseguridad como parte de la cotidianidad.
El segundo jefe de la PN enumeró en la red de apoyo a los gabinetes de poder solidarios, promotorías con jóvenes voluntarios, líderes religiosos y gremiales, las 61 consultorías de la mujer, ministerios y otras instituciones. Sin un desmesurado número de efectivos ni cuantiosos recursos o tecnología, el órgano armado cumple con el mandato popular, afirmó Díaz en entrevista concedida al periodista Alberto Mora. Informó que se abrieron más de 52 nuevas estaciones con el propósito de acercar ese servicio a la comunidad y el laboratorio central de criminalística es referencia para Centroamérica.