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El presidente de la República de China (Taiwán), Ma Ying-jeou, dijo que había estado dedicándose a la reconciliación entre Taiwán y China continental desde su asunción en el año 2008, con la eventual meta de promover la paz en el Este Asiático.

"He dedicado todos mis esfuerzos a la promoción de la paz entre los dos lados del Estrecho y en el Este Asiático, movido por el anhelo de la paz mostrado por los diferentes pontífices", dijo el Primer Mandatario en una audiencia que concedió en el Palacio Presidencial a una delegación de la Santa Sede, incluyendo al cardenal Joao Braz de Aviz, prefecto de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, y al padre Franco Imoda, S.J., director de la Agencia de la Santa Sede para la Evaluación y la Promoción de la Calidad de las Universidades y Facultades Eclesiásticas.

Ma expresó su agradecimiento a las autoridades de la Santa Sede por la hospitalidad que le fue extendida cuando llegó al Vaticano el mes pasado para asistir a la misa inaugural del nuevo Papa Francisco, que tuvo lugar el 19 de marzo en el Vaticano.

Ma dijo que cuando asumió su actual cargo en el 2008, hubo dos posibles puntos de conflicto en el Este Asiático: uno en la Península Coreana y otro entre los dos lados del Estrecho de Taiwán.

"Ahora, las posibilidades de guerra en la Península Coreana todavía existen, pero los pueblos entre los dos lados del Estrecho están gozando de la paz y la prosperidad", les manifestó Ma a sus distinguidos invitados.

"La República de China (Taiwán) espera seguir desempeñando los papeles de creador de la paz, suministrador de la ayuda humanitaria, promotor de los intercambios culturales, creador de las oportunidades comerciales y de alta tecnología, así como de pionero de la cultura china", puntualizó Ma.