Rodeados por la selva verde y el sonido de un río caudaloso, 50 miembros del grupo indígena Naso se reunieron en el oeste de Panamá en septiembre 2012, para protestar contra los planes para desarrollar unos 30 megavatios en la represa hidroeléctrica en el río Bonyic.
Detrás de los opositores a las represas estaba la cubierta de nubes, los picos exuberantes de la Biosfera La Amistad, parque de la Reserva Internacional, decretada por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad donde sus cuencas se ven amenazadas por un exceso de construcción de represas en la región.
En la frontera entre Costa Rica y Panamá, La Amistad tiene un número importante de especies endémicas debido a la convergencia de la flora y la fauna de América del Norte y América del Sur.
Dividido en laderas entre el Atlántico y el Pacífico y por una de las cordilleras más altas de América Central – el Talamanca- es un lugar de paisajes diversos. Los 2.200 kilómetros cuadrados de reserva incluyen bosques secos tropicales, bosques de robles antiguos, exuberantes bosques tropicales, selvas vírgenes de nubes, y, a mayor altitud, pantanos y lagos glaciales fríos.
Cuando se añade a la lista de sitios del Patrimonio Mundial en 1983, La Amistad fue elogiado por su excepcional biodiversidad.
Robert Hofestede – ex director regional de América Latina de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), que encabezó una misión de observación a La Amistad en nombre de la UNESCO en febrero de 2013 – describe el parque como “una de las joyas de la corona en la naturaleza.”
Los grupos locales indígenas y organizaciones ambientalistas advierten que La Amistad está en peligro por los planes de desarrollo de represas en ambos lados de la frontera. Se están construyendo en el parque proyectos hidroeléctricos que dañarán – o que ya están dañando – los sistemas de ríos que fluyen en sus cuencas.
El Dr. William McLarney, biólogo acuático y director de la organización costarricense sin fines de lucro del Medio Ambiente, la Asociación ANAI, explica: “A pesar de que no poner un pie en La Amistad, si se construye una represa aguas abajo que afectan a la biodiversidad dentro de la Amistad, perjudicaría a los peces migratorios y otras formas de vida. “
Estas especies de peces migran entre agua dulce y salada, la cría en la boca salobre del río y luego viajan corriente arriba como parte de su ciclo de vida. La construcción de represas amenaza con interrumpir este ciclo.
Al menos cuatro presas ya existen o están en las etapas avanzadas de planificación y construcción para el río Changuinola y el río Bonyic que se originan en la reserva.
La represa Bonyic está casi terminada y ya está causando daños en un área de gran belleza natural, además dos represas se encuentran aún en fase de planificación. Costa Rica ha propuesto más de cinco presas en las cuencas hidrográficas, tanto en la vertiente del Pacífico y del Atlántico.
La represa en el río Changuinola causará la pérdida de peces migratorios y especies de camarones del 66 por ciento de la porción panameña de La Amistad. Hasta 16 especies de peces migratorios y crustáceos podrían perderse.
“Este cambio ecológico importante va a tener algunos impactos”, dice Osvaldo Jordan, director de la organización ambiental panameña, Alianza para la Conservación y el Desarrollo (ACD), “extremadamente preocupado por la eliminación de los peces migratorios de la cadena alimentaria en las partes altas de La Amistad, debido al alto nivel de endemismo de La Amistad para anfibios, reptiles, e incluso algunas aves y mamíferos”, manifiesta con preocupación.
Preocupados por las numerosas propuestas de represas, ANAI y ACD, junto con el Centro de la Diversidad Biológica, alertó a la UNESCO de la situación.
En febrero de 2008, la UNESCO envió su primera misión de seguimiento a la zona y pidió posteriormente que tanto Costa Rica y Panamá a cabo una evaluación detallada transfronteriza del medio ambiente para estudiar el impacto de la construcción de represas en toda la reserva y considerar el uso de los recursos energéticos alternativos.
En 2010, la UNESCO solicitó que la construcción en Panamá cese ya que el movimiento transfronterizo de Evaluación Ambiental Estratégica (EAE) se observaron serias amenazas. Panamá ignoró la petición y continuó la construcción de ambas presas.
El poder de los organismos internacionales es corto, explica Robert Hofestede . “La UNESCO no puede hacer mucho porque la gestión del parque es responsabilidad de Costa Rica y Panamá”, dice. “La UNESCO no puede imponer multas, no se puede imponer un plan de manejo adecuado, solo se sugiere.”
Pero la UNESCO puede monitorear y supervisar el plan de gestión de un país y puede incluir un bien en la Lista del Patrimonio Mundial en Peligro si cree que hay amenazas importantes para una propiedad de “valores universales excepcionales”.
La UNESCO envió una segunda misión de investigación a La Amistad en febrero 2013. La agencia decidirá en junio si se incluye a La Amistad en la lista de peligro.
Prestigio internacional, promoción del eco-turismo, y algunos beneficios económicos son las razones por qué los países opten por presentar sitios naturales para su inclusión en la lista de Patrimonio de la Humanidad.
Sí La Amistad entra en la lista de peligro daría a Panamá y Costa Rica, puntos negativos en relaciones públicas internacionales, de no revertir el curso en la construcción de represas en el futuro.
Pero el desarrollo hidroeléctrico es un gran negocio. Panamá arce estar especialmente ansioso por explotar sus ríos y con frecuencia lo hace a expensas del medio ambiente y los derechos indígenas.
Los medios de subsistencia de los pueblos indígenas que viven en las cercanías de las presas están siendo comprometidos por la pérdida de peces. En el caso de la represa Chan 75, alrededor de un millar de indígenas fueron desplazados por el embalse.
Aunque el movimiento transfronterizo de Evaluación Ambiental Estratégica (EAE) aún no se ha completado, un informe provisional ha recomendado que las represas no deben ser construidas dentro de las cuencas hidrográficas.