Los paraguayos celebrarán este domingo sus elecciones presidenciales en el cual está como candidato favorito el empresario de centro-derecha Horacio Cartes y en segundo lugar el abogado Efraín Alegre, un político de trayectoria del oficialista Partido Liberal.
Estas elecciones, según los comentaristas, marcarán el fin de la crisis política desatada el año pasado por la destitución sumaria del socialista Fernando Lugo.
Para estos comicios presidenciales, en los que no existe segunda ronda electoral, también se elegirán vicepresidente, miembros del Congreso bicameral y autoridades regionales para los próximos cinco años.
Los candidatos
El candidato Cartes, es un millonario de 56 años que se presenta como la cara nueva del tradicional Partido Colorado. Es propietario de empresas financieras, ganaderas y de la mayor tabacalera del país, y hasta hace cuatro años nunca había votado, lidera la mayoría de los sondeos con una corta ventaja respecto de su principal rival.
Mientras que Alegre es un abogado con una trayectoria política del oficialista Partido Liberal.
Las propuestas de los contrincantes
El favorito de las elecciones, durante la campaña, ondeó un discurso autocrítico respecto a su partido, que durante sus años en el Gobierno fue envuelto con frecuencia en escándalos de corrupción, el empresario promete enmendar los errores y combatir las cuestionadas prácticas.
“El partido aprendió que hay un modelo acabado. No dudo que podrán haber bolsones retardatarios, pero el que crea que este modelo va a seguir está equivocado (…) la ciudadanía se cansó”, dijo en una entrevista reciente.
El partido colorado se vio afectado con la llegada a la presidencia del ex obispo católico Fernando Lugo, quien fue destituido por el Congreso en un cuestionado juicio político tras perder el apoyo del Partido Liberal hace nueve meses y fue reemplazado por el actual mandatario, Federico Franco.
Mientras que, Alegre, el principal obstáculo que enfrentará el Partido Colorado para regresar a la presidencia, busca continuar con un proyecto en favor de la industria, los agronegocios y una mayor participación privada en los asuntos del Estado.
“Tengo un modelo de liderazgo diferente al tradicional. Mi proyecto representa al ‘Paraguay decente’ frente al ‘Paraguay de las mafias’”, dijo Alegre, quien durante la campaña acusó verbalmente a su contrincante de tener vínculos con el narcotráfico y el lavado de dinero.