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Dr. Vicente Maltez Montiel, Especialista en medicina interna.
El 11 de abril se conmemora en el mundo el día mundial de la enfermedad de Parkinson coincidiendo con el cumpleaños 258 del médico inglés James Parkinson quien describió por primera vez este padecimiento con el nombre de “parálisis agitante”(1817) que en la actualidad afecta más de cinco millones de personas en el mundo.
Generar sensibilidad y apoyo mundial contra este padecimiento es el propósito de esta celebración y en esta oportunidad lleva por lema “rompe los mitos del Parkinson”, es decir superar ideas equivocadas e incomprensiones con la segunda enfermedad neurodegenerativa que afecta a los seres humanos después del Alzheimer.
Personalidades mundiales afectadas por esta incurable dolencia crónica: el papa Juan Pablo II y el actor sobreviviente de la enfermedad y luchador anti-parkinson, Michael J. Fox, ejemplo de aparición de la enfermedad antes de 40 años. En nuestro país se calculan unos 1,500 casos de EP.
La EP, también conocida como parkinsonismo idiopático está producida por daño o deterioro progresivo en una zona del cerebro donde se encuentran neuronas productoras de dopamina, localizadas en la sustancia negra (ganglios basales) cuyo origen es desconocido, que genera un cuadro clínico crónico con manifestaciones cardinales, motoras y no motoras que caracterizan a la enfermedad que afecta a personas de todos los sexos, razas y ocupaciones en la inmensa mayoría de los casos a partir de los 60 años.
Casi todos los casos de EP son de tipo “esporádicos” y la herencia parece aumentar riesgo de padecerla y el factor ambiental tiene creciente credibilidad por que las personas de área rural resultan más afectadas lo cual se vincula con beber agua de pozos y exposición a plaguicidas. No hay explicación científica por que la EP es menos frecuente en fumadores y tomadores de café.
Manifestaciones cardinales: el temblor es una especie de agitación que aparece cuando el paciente está en reposo pero disminuye cuando realiza alguna actividad o al dormir. En los dedos de las manos adquiere el aspecto clásico de “contar monedas”.
La bradicinesia o movimientos lentos afectan la movilidad y dificulta levantarse de una silla o de la cama y lo hace caminar de forma lenta. Recuerden la canción “viejo, mi querido viejo”. Los movimientos finos se alteran. Hay rigidez muscular y la alteración de los reflejos de postura o estar de pie favorecen las caídas, que junto con las infecciones son las principales causas de muerte en estos pacientes.
Los síntomas empeoran con el paso del tiempo y se incrementan con estrés ambiental y personal (emociones negativas) y se produce mejoría con el sueño, la relajación o cualquier terapia que controle el estrés y la ansiedad.
Otras manifestaciones motoras son letra pequeña o micrografía, ausencia de expresión facial que se acompaña de disminución de parpadeo, dificultades para tragar, la voz es “apagada” y hay bloqueo motor que produce “congelación” por breve período cuando está caminando.
El tercer grupo de síntomas: depresión y ansiedad, trastornos del sueño, dificultades de aprendizaje, demencia, alteraciones de la presión arterial, etc.
Los médicos internistas jugamos un valioso papel en el diagnóstico temprano y tratamiento de estos pacientes que necesitan comprensión y apoyo de todo tipo.
maltezvic@hotmail.com
*Especialista en medicina interna