» En la gráfica se observa a un entristecido ex miembro del círculo de hierro de China continental, Bo Xilai.
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JINAN, China - El caído en desgracia, el político chino Bo Xilai ha aceptado haber avergonzado a su país y gestionado mal el intento de deserción de su exjefe policial después de que éste asegurara a Bo que su mujer fue quien cometió el asesinato, pero negó que estuviera intentando protegerla.
Bo fue una estrella cercana a los círculos de poder en China cuando su carrera fue truncada el año pasado por un escándalo que envolvía a su mujer, Gu Kailai. Bo es juzgado ahora por corrupción, al aceptar sobornos y abuso de poder.
Los seguidores de sus programas sociales de corte maoísta tienen claro que perdió una lucha de poder con los reformistas inclinados más hacia el capitalismo en Pekín, exponiendo las divisiones en el seno del Partido Comunista en el poder y en la sociedad.
Dado que las pruebas relativas a los dos primeros cargos contra Bo parecen ahora apartadas, el cargo más delicado se escuchó el sábado, tercer día de un juicio que muchos esperaban que durara sólo un día.
Un veredicto de culpabilidad para Bo se encuentra fuera de toda duda, y pese a su animada defensa, publicada en el microblog oficial del tribunal, los medios estatales, que hablan por el partido, ya lo tienen condenado.
Como jefe policial de Chongqing, donde Bo era jefe del Partido Comunista hasta que fue destituido drásticamente a principios del año pasado, Wang Lijun era conocido como el brazo armado de la ley, haciendo cumplir enérgicamente las medidas de Bo contra el delito y las bandas.
Pero huyó al consulado de Estados Unidos en la localidad cercana de Chengdu en febrero del año pasado después de presentarle a Bo pruebas de que su esposa Gu, una glamurosa abogada, fue implicada en el asesinato del empresario británico Neil Heywood.
Tras ayudar en un primer momento a Gu a evadir las sospechas de haber envenenado a Heywood, Wang borró las pruebas del asesinato, según el relato oficial del juicio a Wang. Tanto Wang como Gu han sido encarcelados por el asesinato.
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