EL CAIRO - Aliados del depuesto presidente egipcio Mohamed Mursi aseguraron el fin de semana que respetaban las demandas de millones de personas que anduvieron fuera en las calles en su contra antes de ser derrocado, en una nueva muestra de ser más amplios hacia los enviados occidentales que hace el intento de evitar un baño de sangre aún mayor.
Partidarios islamistas de Mohamed Mursi, el primer presidente de Egipto elegido libremente, también aseguraron a enviados occidentales que no quieren tener ningún papel del jefe del Ejército en cualquier acuerdo político y quieren que se restaure la Constitución que éste suspendió.
Se han tomado muy apecho una demanda de que Mursi sea restituido durante unas protestas que ya se extendió desde hace un mes desde que fue derrocado por el Ejército.
Pero ante la amenaza de una represión de las fuerzas de seguridad, y presionados por enviados de Europa y Estados Unidos, un portavoz pro-Mursi dijo que el bloque quería una solución que "respete todos los deseos populares".
El responsable, Tarek El-Malt, manifestó que este mensaje se transmitió en una reunión con el vicesecretario de Estado de EEUU William Burns y el enviado de la UE Bernadino León, en tanto la diplomacia alcanzaba terreno un mes después de que Mursi fuera quitado de la silla del poder.
Mursi fue depuesto por el Ejército después de unas enormes manifestaciones contra su gobierno, poniendo fin a un mandato de un año de los Hermanos Musulmanes tras décadas en las sombras bajo los distintos autócratas egipcios.
Por lo menos unas 300 personas han muerto en actos de violencia política el mes pasado, entre ellos 80 manifestantes a quienes las fuerzas de seguridad dispararon el 27 de julio. Mursi está bajo custodia en un lugar secreto, investigado por una serie de cargos incluyendo asesinato.
Malt dijo que los partidarios de Mursi rechazaban cualquier papel del jefe del Ejército, el general Abdel Fattah al-Sisi, el hombre responsable de derrocar al primer presidente elegido libremente y que ha presentado una "hoja de ruta" hacia las elecciones y un regreso al gobierno civil.
"Respeto y considero las demandas de las masas que salieron a la calle el 30 de junio, pero no extenderemos el golpe militar", dijo Malt, indicando que la solución tendrá que basarse en una Constitución ya revocada por Sisi.