NUEVA YORK - No más "rescates para los que buscan beneficios de manera irresponsable". Estas fueron las palabras dichas por el presidente estadounidense Barack Obama al afirmar ayer en Phoenix e impulsar su propia fórmula para reactivar el mercado inmobiliario.
Uno de los puntos del plan de Obama es el aplicar el cierre de Fannie Mae y Freddie Mac, los dos gigantes que sostuvieron hipotecas y terminaron colapsando en la crisis de la burbuja inmobiliaria y salvados con dinero de las arcas públicas.
"Creo que el sistema de bienes raíces tiene que contar con un papel limitado del gobierno, son las personas las que deben ser la columna vertebral de esa industria", argumentó Obama, que llamó a reformar el mercado hipotecario porque "volver al sistema de la burbuja destinada a explotar, que causó la crisis financiera, sería inaceptable".
De esta manera, el mandatario se metió de lleno en el debate en curso en Estados Unidos ante la reforma del sistema del financiamiento y garantía hipotecaria, presentando su receta: menos responsabilidad del estado y más capitales privados.
Empero, sobre todo propuso "poner fin a la era de rescates para Fannie Mae y Freddie Mac", los dos colosos del crédito hipotecario que fueron nacionalizados durante la crisis de 2008 generada por los préstamos impagos, conocidos como "subprime".
"El actual sistema de financiamiento del mercado inmobiliario, donde el gobierno garantiza más del 80% de las hipotecas con Fannie Mae y Freddie Mac, es insostenible", afirman fuentes del gobierno.
Para delinear su plan, Obama escogió Phoenix, en Arizona, una de las ciudades que fueron fuertemente afectadas por la caída del mercado inmobiliario de 2008.
Arizona, junto a Califonia, Nevada y Florida, son uno de los estados norteamericanos más afectados por el estallido de la burbuja, acusando una caída de los precios de las viviendas del 50% respecto al máximo de 2007.
Ahora ese mercado se encuentra en recuperación, pero el camino todavía es largo: los precios de las viviendas en Phoenix subieron el 20,6% en mayo pasado respecto al año precedente, frente al 12,2% registrado a nivel nacional.
Los precios de las casas aumentan, los embargos cayeron a los mínimos desde 2006, las ventas crecen a dos dígitos y las familias estadounidenses se aprestan a comprar esta año cinco millones de viviendas.
La seguridad de la vivienda es una de las prioridades del presidente Obama, agregan las fuentes del a Casa blanca.