BRUSELAS Y MADRID - Más fuerte que piadosa, la Comisión Europea (CE) señaló en la misma dirección que el Fondo Monetario Internacional (FMI) y exigió a España aplicar una reducción del 10% en los salarios, lo que creó un fuerte rechazo a los gremios que condenaron semejante presión en medio de la crisis.
El encargado de transmitirlo, como está de moda en estos tiempos a través de Internet, fue el vicepresidente económico de la CE, Olli Rehn, quien lo escribió en su blog.
"Los actores que lo rechacen frontalmente cargarían sobre sus hombros con una enorme responsabilidad nacional por los costes sociales y humanos", aseguró Rehn en su artículo, con lo que llamó a gobierno y sindicatos a acordar la medida.
El político finlandés sostuvo que pese a que los últimos datos sobre desempleo permiten ser "cautelosamente positivos", España debe seguir reformando y mejorando el funcionamiento de su mercado laboral, por lo que coincidió con los trazos del FMI.
También recomendó a España un pacto social de paz social entre los gremios generales y las empresas para acelerar los beneficios de la reforma laboral y lograr más flexibilidad salarial y, sin rubores, aplaudió un modelo que contempla bajar los sueldos hasta un 10 % en dos años.
Ante esta reducción salarial, los empresarios deberían comprometerse a "significativos" aumentos de contratación, indicó Rehn mientras que el Gobierno contribuiría a esta dinámica permitiendo una reducción de las contribuciones a la Seguridad Social de alrededor de un 1,7 %, siempre según la idea propuesta por el FMI.
"Se trata de una fórmula de devaluación interna, que permitiría reducir el desempleo y tener una inflación baja, que aumentaría el consumo", indicó en su escrito.