A pocas horas de la madrugada de ayer, cientos de católicos de los Municipios de Carazo escucharon los ruidos de maracas, bombas y conchas que sonaron los jóvenes y niños que estuvieron presentes en las tradicionales Misas del Niño Dios y las Posadas que se llevaron a cabo en las iglesias católicas de este Departamento de cara a la venida de la Navidad.
Los feligreses salieron de sus casas e iban juntos sus niños para formar parte de esta hermosa tradición que fue heredada de sus abuelos y ancestros. La hora de las misas y posadas varía según el Municipio, en ciertos templos se celebra a las tres de la madrugada, otros a las cuatro o cinco de la mañana, a las que asisten las personas para estar listos para la Nochebuena del 24 de diciembre en que se realiza el nacimiento de Jesucristo.
“El hecho de levantarnos de madrugada para venir a las Misas del Niño Dios en que esperamos su nacimiento es como una penitencia que nos propone la Iglesia Católica en este tiempo de adviento, tiempo de espera para la llegada de nuestro Salvador que nace en los pesebres que preparamos en nuestros hogares y que también debe nacer en cada uno de nuestros corazones”, dijo el Padre Juan de Dios García, Párroco de Santiago Apóstol en Jinotepe y Vicario Foráneo de Carazo.
La euforia entre los niños y jóvenes que estuvieron era notoria, a pesar de lo temprano que se levantaron, ya que bien abrigados y con su respectivo grupo de amigos fueron a las misas con el sonido fuerte de los cohetes y conchas.