Además de provocar daño neurológico, las drogas de abuso están relacionadas con la inmunosupresión del organismo, por lo que sus consumidores están más expuestos al padecimiento de enfermedades cardiovasculares, asma y otras relacionadas con inflamación crónica, según confirmó un estudio realizado en el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav).
El estudio, encabezado por Silvia Cruz Martín del Campo y Claudia González Espinosa, se centró en el análisis de la morfina y su relación con la presencia de distintas enfermedades de inflamación crónica, a las que en su conjunto se les atribuyen alrededor de 15 millones de muertes al año a nivel mundial.
Este proyecto, desarrollado en el Departamento de Farmacobiología del Cinvestav, fue merecedor al Premio de Investigación Médica Dr. Jorge Rosenkranz 2013, en la categoría de Área Básica, que otorga cada año la empresa farmacéutica Roche.
Silvia Cruz Martín del Campo, experta en adicciones del Cinvestav, señaló que esta investigación vino a corroborar la teoría de que los efectos de las drogas inciden directamente sobre las células del sistema inmune. Por lo que las personas con problemas de adicción a este tipo de sustancias no sólo mueren por su estilo de vida, sino por la inmunosupresión que generan esas sustancias.
Diversas investigaciones clínicas referían una tendencia de los adictos a la morfina a padecer infecciones microbianas que en algunos casos llevaban a la muerte del paciente. Eso motivó a los grupos de investigación de ambas expertas del Cinvestav a identificar las reacciones que generaba esta droga en el organismo.
El estudio se enfocó en la identificación de las reacciones inmunosupresoras que genera el consumo de morfina. Se determinó, a través de modelos animales, que esta droga actúa a nivel celular del sistema inmunológico para bloquear la producción de citocinas (proteínas), las cuales atacan a las bacterias cuando se introducen en el organismo.
“El sistema inmunológico tiene dos grandes tipos de reacciones. La primera es llamada adaptativa, encargada de producir anticuerpos. En tanto que la segunda es el sistema innato, que se refiera a la primera línea de defensa contra los patógenos. Es esta última la que se ve afectada por el consumo de la morfina”, apuntó González Espinosa durante la ceremonia de premiación.
La especialista del Cinvestav explicó que las células del sistema inmunológico innato, conocidas como cebadas, tienen la capacidad de liberan gránulos electrodensos que producen las citocinas protectoras, las cuales combaten al patógeno en el organismo.
Sin embargo, la morfina genera una reacción en el interior de la célula del sistema inmunológico que alterar algunos mecanismos (fosforilación) de las proteínas relacionadas con la liberación de los gránulos, por lo cual esta droga de abuso evita que la citocina ataque al patógeno.
Ambas expertas coincidieron en que los resultados de esta investigación se debieron al trabajo multidisciplinario que se promueve en el Cinvestav, así como al apoyo de la misma institución. “Se tiene el aliciente de estar con investigadores para realizar este tipo de proyectos”, sostuvo Silvia Cruz.
El Premio de Investigación Médica Dr. Jorge Rosenkranz es otorgado desde 1984 a las mejores desarrollos científicos del país en cuatro distintas áreas relacionadas con la salud: básica, clínica, epidemiológica y biotecnología. En esta edición, además de la investigación del Cinvestav, resultaron ganadoras investigaciones realizadas en el Instituto Mexicano del Seguro Social y otra más generada entre la Universidad Nacional Autónoma de México y el Hospital General de México.