BRASILIA - La región sudeste de Brasil, que es la más poblada y rica del país, esta siendo afectada por una crisis humanitaria bastante seria de cara a las lluvias que provocaron al menos 36 muertos y cerca de 55.000 evacuados, lo que motivó que la presidenta Dilma Rousseff hiciera la suspensión de su descanso navideño y viaje de urgencia a la zona del desastre.

La destrucción que ha sido provocada por los temporales es "impresionante", dijo Rousseff después de hacer un recorrido por el área.

El gobernador Renato Casagrande, declaró la situación de emergencia en 48 de los 78 municipios del estado de Espíritu Santo, limítrofe con los de Minas Gerais y Rio de Janeiro, todos en la región sudeste.

"Lo más importante es salvar vidas, ahora el factor más importante es la vida humana y el Ejército tiene una gran capacidad para tareas de rescate. He visto una cantidad de agua exagerada, impresionante", declaró Dilma Rousseff.

Ante la gravedad de la situación la gobernante suspendió el descanso del 24 de diciembre para recorrer en helicóptero, durante casi una hora, las localidades Serra, Santa Leopoldina, Santa Teresa y Vila Velha, y el área metropolitana de Vitoria, capital de Espíritu Santo.

Efectivos del Ejército y la Fuerza Nacional de Seguridad, así como un avión con dos toneladas de medicamentos y víveres, fueron enviados por el gobierno federal para paliar la tragedia que dejó a Espíritu Santo virtualmente bajo el agua.

Unas 49.000 personas dejaron sus casas en esa provincia pequeña donde la Defensa Civil informó hoy que llegó a 15 el número de victimas fatales, con el hallazgo del cuerpo de un hombre debajo de los escombros de una casa en la ciudad de Colatina, donde, se sospecha, otras tres personas continuaban desaparecidas.

En tanto "las autoridades de Espíritu Santo reconocen que puede ser mayor el número de personas sin casa pues los bomberos y rescatistas enfrentan problemas para llegar a zonas que quedaron aisladas", informó la estatal Agencia Brasil.

La localidad con mayores afectaciones por el desastre es Itaguazú, a 100 kilómetros de la capital Vitoria, que está casi totalmente cubierta por las aguas y donde tres iglesias, y un templo evangélico, acogieron a más de 1.000 personas que debieron dejar sus viviendas.

Una beba de un año y dos mujeres, una de ellas embarazada, murieron en la madrugada del martes al quedar atrapadas dentro de una vivienda que se desplomó junto a otras en la serrana Itaguazú.

"Siento una gran tristeza al ver esta tragedia, pero a pesar de todo también estamos alegres por estar vivos", declaró el religioso Paulo dal Bo, de la iglesia luterana de Itaguazú.

"La solidaridad del pueblo capixaba (oriundos de Espíritu Santo) frente a un hecho de esta magnitud es algo que debemos conmemorar en esta Navidad, gracias a ello podremos dar más apoyo en este momento difícil", afirmó Rousseff.

La presidenta, acompañada por los ministros de salud, Alexandre Padilha, y Defensa, Celso Amorim se reunió con autoridades de Espíritu Santo, que presenta el cuadro humanitario más grave en el sureste, aunque también es seria la situación en la vecina Minas Gerais, el segundo estado más poblado del país.