» Cada vez más el mundial de fútbol se acerca y Brasil se mantiene trabajando a toda máquina para garantizar los estadios y la seguridad.
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Las autoridades brasileñas advirtieron que las protestas durante la Copa Confederaciones les dejaron bastante experiencia que los manifestantes no tienen que acercarse demasiado a los estadios en la Copa Mundial de 2014.
Andrei Augusto Rodríguez, director de seguridad de eventos importantes en el ministerio de justicia de Brasil, señaló que la policía hizo un mal cálculo de la amenaza a la seguridad pública durante la final de la Confederaciones en Río de Janeiro en junio.
La policía disparó una buena cantidad de gases lacrimógenos antes del comienzo del partido para dejar una raya a los manifestantes. Parte de los gases alcanzaron al estadio Maracaná, provocando malestar entre algunos asistentes.
Los manifestantes lograron estar al menos a 200 metros del estadio, repleto de 70,000 espectadores para experimentar la final entre Brasil y España.
Rodríguez agregó que la policía no dejará que ocurran los mismos errores y que los manifestantes en la Copa Mundial serán mantenidos más alejados. El funcionario habló con la AP después de brindar un informe a la prensa en el balneario de Costa do Sauipe, donde la FIFA realizará el viernes el sorteo del Mundial.
Andre Pruis, un asesor de seguridad de la FIFA, aseguró que las autoridades brasileñas actuaron correctamente para controlar las manifestaciones, y defendió sus métodos.
"Si la muchedumbre se torna violenta, ¿crees que un cañón de agua va a funcionar?", preguntó Pruis, quien fue jefe de seguridad para el Mundial de 2010 en Sudáfrica. "Manejaron bien (la situación). Yo hubiese hecho lo mismo".
Indicó que Brasil realizará trabajos con policías de otros países, al igual que hizo Sudáfrica en 2010. Argentina dio información a las autoridades sudafricanas sobre barrasbravas que viajaron al torneo, que luego fueron detenidos y deportados, recordó Pruis.
A pesar de las preocupaciones previas al Mundial sobre la seguridad de los fanáticos, la Copa del Mundo resultó ser "uno de los períodos más seguros en la historia de Sudáfrica", apuntó. "Los criminales también ven fútbol: no tenían tiempo para cometer delitos durante el Mundial".
Brasil tiene una alta tasa de asesinatos, y más de la mitad de las cerca de 15 millones de armas en el país son ilegales y no están registradas. Sin embargo, el ministro de Deportes de Brasil, Aldo Rebelo, insistió que los turistas que viajen al Mundial se sentirán más seguros en Brasil que en Europa.
"La única vez que me asaltaron fue en un aeropuerto en París", relató. "El presidente de la autoridad olímpica (brasileña) fue asaltado frente a un hotel en Londres. Pareciera que sólo hubiese violencia en Río, Sao Paulo y Salvador".
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