La Organización Mundial de la Salud (OMS) informó ayer que el dengue tiene el potencial real de convertirse en epidemia mundial, porque su incidencia se ha multiplicado por 30 en los últimos 50 años, además de ser la única enfermedad tropical desatendida (ETD).
Del grupo ETD, el dengue es la única que representa una "amenaza global", enfatizó la OMS en su informe titulado "Mantener el impulso para superar el impacto global de las enfermedades tropicales desatendidas".
En ese informe se ha analizado el impacto que las ETD tienen en el mundo, por lo que la OMS ha sugerido políticas públicas que podrían aplicarse para reducir o incluso erradicar su incidencia.
La organización de la salud explicó que en el 2012 el dengue fue "la enfermedad viral ligada a un vector (mosquito) que más rápido se expandió en el mundo".
En 2010, por primera vez se detectó la enfermedad en Europa por lo que todas las regiones del mundo tuvieron alguna incidencia.
En el último medio siglo, la incidencia del dengue se ha multiplicado por 30 y "su expansión no hace más que aumentar", lo que hace creer a los científicos que la enfermedad tiene las condiciones para convertirse en una verdadera pandemia mundial.
"La enfermedad está presente en 150 países y no hay una región en el mundo donde no esté presente; si no se controla correctamente puede dispararse y convertirse en una verdadera pandemia", afirmó en una rueda de prensa el experto de la OMS Raman Velaywdhan.
El dengue ya es una enfermedad endémica en 100 países del mundo, incluyendo la casi totalidad de las naciones de América Latina y el Sudoriente Asiático; entre 50 y 100 millones de personas contraen la enfermedad anualmente; 500 mil de ellas padecen la versión más grave, conocida como hemorrágica; y unas 22 mil mueren.
Los centros de investigación especializados en la materia elevan la cifra de personas en riesgo de contraer el dengue de dos mil a tres mil 600 millones y los infectados de 50 a 500 millones, mientras la globalización acelera aún más la incidencia del mal.
Según los expertos, a falta de vacuna contra el dengue y de tratamiento para curarlo, la única arma efectiva contra este mal es prevenir el contagio, algo que se logra con conocimiento, constancia y la fumigación de todos los rincones y pequeños recipientes donde podría haber agua estancada, lugares escogidos por los mosquitos hembra para depositar sus larvas.
Ante esta situación, la OMS recomienda una estrategia multidisciplinar y complementaria que abarque cinco áreas de trabajo: análisis y control de casos; vigilancia integrada y respuesta a brotes; control sostenido del vector; implementación futura de las vacunas; e implementación de las investigaciones.
De aplicarse en todos los países, la agencia sanitaria de Naciones Unidas considera que, para 2020, se podría reducir la incidencia del dengue en un 25 por ciento y la mortalidad en un 50 por ciento.