SANTA TECLA - Los pandilleros de la Mara Salvatrucha (MS-13) de El Salvador, solicitaron ayer jueves una oportunidad para integrarse a la sociedad y lograr trabajos sin discriminación, en un acto en el cual alcanzaron el compromiso de “parar la violencia” en la ciudad de Santa Tecla, 12 km al oeste de San Salvador.
De pie en unas gradas próximas a un escenario en el mero centro de la colonia San José El Pino, Daniel Ramos, un miembro ya de años y miembro de la MS-13, realizó un “mea culpa” y solicitó un pedido ante ciudadanos de esta población que tiene unos 120,000 habitantes. Ramos, de 33 años, es quien tomó el papel de firmar a nombre de su pandilla, el Acta de No Violencia.
“Estamos poniendo toda nuestra voluntad y esfuerzo porque la situación cambie en Santa Tecla, pero queremos que la gente, toda la sociedad, nos dé la oportunidad de ser mejores personas, que podamos trabajar sin ser marginados”, dijo Ramos a los medios internacionales.
La pandilla Salvatrucha de Santa Tecla se quitó públicamente todo tipo de violencia, dentro del marco de una tregua que hay entre la pandilla rival, Mara 18, y otras pandillas minoritarias.
En compañía de los pandilleros, realizaron la firma del Acta de No Violencia en calidad de testigos, líderes de iglesias evangélicas, el Alcalde de Santa Tecla, Oscar Ortiz; y el vicario castrense Fabio Colindres, uno de los auspiciadores de la tregua.
En el evento, había niños usando el uniforme azul y blanco de sus colegios, movían pequeñas banderas, celebrando la decisión. Los habitantes de la colonia que caminaban se acercaron a presenciar la actividad, en tanto los pandilleros caminaban tranquilamente entre varios agentes de la Policía, en una escena inusual.