El Papa Benedicto XVI rezó su último Ángelus en la plaza de San Pedro, donde asistieron unas cien mil personas, según el Vaticano, lejos de las doscientas mil previstas.
Los asistentes animaron el lugar con más pancartas y banderas que otros domingos, y se oyeron vivas y consignas. Mientras que a Benedicto XVI se le notaba con más energía y en su breve discurso habló de la importancia de la oración.
“En este momento de mi vida siento que la palabra de Dios está dirigida a mí y que el Señor me llama a subir al monte, me pide que me dedique a orar y a meditar”, dijo en referencia a su reciente renuncia.
El pontífice asimismo añadió que “esto no significa abandonar la Iglesia; es más, si Dios me solicita esto es precisamente para que yo pueda seguir sirviéndola con la misma dedicación y el mismo amor con que lo he hecho hasta ahora, pero de un modo más acorde a mi edad y a mis fuerzas”.
Benedicto XVI dejará oficialmente su cargo este próximo 28 de febrero y según ha aceptado como un fracaso dentro de su mandato esta la transformación de la curia.