El líder opositor venezolano Henrique Capriles comenzó ayer jueves una visita a Chile, con diversas reacciones encontradas, en el marco de su campaña para brindar las explicaciones de su impugnación de los resultados de los comicios presidenciales de abril, que según se conoce ganó Nicolás Maduro.

"Gané la elección del 14 de abril, yo la cobré y estoy en la lucha. Voy a seguir con la lucha para que en Venezuela podamos tener un cambio", dijo Capriles al sitio de noticias por internet chileno Emol.

En contraste el presidente mexicano Enrique Peña Nieto, quien adelantó que no se reunirá con Capriles, el presidente chileno, Sebastián Piñera, fue bastante abierto a recibir al opositor venezolano hoy viernes, pero aceptó hacerlo fuera del palacio presidencial.

El canciller chileno, Alfredo Moreno, manifestó el miércoles que Chile reconoce y trabaja con el gobierno de Nicolás Maduro, pero indicó que Piñera "tiene derecho a reunirse con quien estime conveniente".

Por otro lado, la candidata presidencial y expresidenta socialista, Michelle Bachelet, favorita para adjudicarse la elección de noviembre, no miro posible una reunión con él por razones de agenda.

"Lamentamos no tener la opción de conversar con Bachelet", dijo Capriles sobre la candidata que es apoyada por una coalición política que reúne a demócratacristianos, socialistas y el Partido Comunista.

El excandidato opositor venezolano, que arribó a Santiago la madrugada de ayer jueves, se reunió con la alcaldesa de Santiago, Carolina Tohá, y almorzó con las directivas de los partidos oficialistas Renovación Nacional y Unión Democrática Independiente (UDI), enfrascadas en la búsqueda de su nuevo candidato presidencial.

Durante la tarde, Capriles sostuvo una reunión también con el arzobispo de Santiago, Ricardo Ezzati, y con un grupo de venezolanos residentes en Chile, encuentro que se realizó en el ex Congreso en Santiago, frente al cual un grupo de personas protestó contra el opositor.