LONDRES - El Banco Central de Inglaterra mantuvo acciones cruciales en uno de los episodios de mayor oscuridad de la historia económica moderna, al dar su apoyo al dictador Adolfo Hitler en la venta del oro robado por los nazis después de la invasión a Checoslovaquia en 1938, se conoció ayer.
El respaldo del Banco Central de Inglaterra sucedió cuando Hitler ya era considerado por el gobierno británico de una amenaza para la paz en Europa, escribió el sitio del diario Financial Times.
En 1939, los ingleses dieron el sí al trámite del Reichsbank para la transferencia de oro valuado entonces en 5,6 millones de esterlinas desde una cuenta del banco central alemán.
Hasta el momento, la responsabilidad en esas operaciones recayó en el Banco de regulaciones internacionales, la más antigua institución financiera a ese nivel.