El director de la Agencia Nacional de Seguridad estadounidense aseguró que el recién desvelado programa de vigilancia del Gobierno ha dado una mano a evitar "decenas" de ataques terroristas, después que el exempleado que filtró la información anunciara que resistirá cualquier intento por ser extraditado para un eventual juicio.
En su primer testimonio público desde que el programa de vigilancia fuera un caso público la semana pasada, el jefe de la NSA (por sus siglas en inglés), el general Keith Alexander, presentó su defensa por la extensa supervisión de la agencia sobre los registros telefónicos y de Internet al argumentar que cumplió con su propósito al frustrar potenciales atentados.
"Hay decenas de actos terroristas que este (programa) ayudó a evitar (...) Tanto a nivel interno como externo, al frustrar o contribuir a desbaratar ataques terroristas", dijo Alexander, director de la NSA y jefe del Mando Cibernético de Estados Unidos, ante una comisión del Senado estadounidense.
Tomando en cuenta los documentos entregados por Edward Snowden, un antiguo empleado de una subcontrata de la NSA, los diarios The Guardian y The Washington Post revelaron mayores datos sobre las extendidas prácticas del Gobierno de Estados Unidos en la supervisión de llamadas telefónicas y datos de Internet a partir de los servidores de compañías como Google y Facebook.
Las noticias trajeron consigo una investigación penal y una revisión interna en la administración del presidente Barack Obama ante daños potenciales a la seguridad nacional, al tiempo que elevaron la presión de congresistas y grupos de interés por endurecer los controles sobre la vigilancia interior.
La controversia sobre el programa también atizó un debate sobre el equilibrio entre derechos de privacidad y los temores de seguridad de Estados Unidos después de los atentados del 11 de septiembre de 2001. Alexander dijo que la NSA operó teniendo en cuenta la necesidad de mantener ese equilibrio.