Los dispositivos móviles como tabletas y teléfonos inteligentes han evolucionado a tal punto de convertirse en equipos cada vez más similares a computadoras “tradicionales”. Esto en cuanto a capacidad de cómputo y los distintos usos que le dan los usuarios como el acceso a correo, redes sociales, bancos, entre otros.
Según una encuesta realizada por ESET Latinoamérica, un 58% de los entrevistados aseveró almacenar sus contraseñas en sus dispositivos móviles; situación que disminuye considerablemente la seguridad del usuario, pues en caso de perder el equipo, un tercero podría acceder fácilmente a sitios en donde se maneja información confidencial.
Con respecto a los servicios a los cuales pertenecen las contraseñas guardadas en dispositivos móviles; las redes sociales y el correo electrónico lideran el ranking. A continuación, se muestra un gráfico con dichos datos:
Aunque las contraseñas de home banking (16,3%) y los sitios de pagos de servicios (22%) no suelen ser las más almacenadas, el hecho de que las redes sociales (85%) y el correo electrónico (77,5%) sí lo sean, facilita que un tercero pueda ingresar a otros servicios en caso que el usuario almacene sus credenciales de acceso en correos y mensajes.
El Especialista de Awareness & Research de ESET Latinoamérica, André Goujon, recomienda que “las claves no deben guardarse ni en dispositivos ni tampoco en servicios cuyo fin no sea explícitamente el manejo de contraseñas de forma segura”.
Si la persona necesita almacenar sus credenciales en el dispositivo y no tiene alternativa, es recomendable establecer una contraseña de bloqueo (de pantalla) en el equipo. De este modo, si este se pierde o es robado, no se podrá entrar fácilmente a los servicios mencionados en el gráfico, comentó Goujon.
Este aspecto cobra más importancia si se considera que el 63,1% de los encuestados ha perdido o le han robado su smartphone o tablet.
Con respecto a las medidas que los usuarios adoptan para proteger un equipo móvil, el 61,2% establece una contraseña de bloqueo. Le sigue un 43,5% que utiliza el bloqueo de la tarjeta SIM (chip) con un número PIN, el 35% actualiza el sistema operativo y las aplicaciones del dispositivo, y el 24% utiliza una solución de seguridad. El siguiente gráfico muestra los porcentajes expuestos anteriormente:
En base a estas cifras es importante comprender algunos conceptos tras estas medidas de seguridad. En primer lugar, la contraseña de bloqueo corresponde a la clave que es solicitada al momento de desbloquear el teclado o utilizar el equipo. Esta medida dificulta que un tercero pueda manipular los datos sensibles guardados en el teléfono o tableta. Por otro lado, el código PIN es una clave distinta que se utiliza para bloquear el chip (tarjeta SIM). Esta medida se implementa para evitar que una persona pueda cambiar el chip para utilizarlo en otro equipo.
“Si se habla de actualizaciones, es fundamental mantener todas las aplicaciones y el sistema operativo al día, ya que esto permite mitigar el impacto de amenazas informáticas que se aprovechan de vulnerabilidades. Asimismo, una solución de seguridad para móviles como ESET Mobile Security permite proteger dispositivos de códigos maliciosos, mensajes no solicitados (spam) y la posibilidad de borrar remotamente la información en caso que el aparato sea extraviado o robado”, explicó Goujon.