LOUGH ERNE (IRLANDA DEL NORTE) – Las 7 naciones más industrializadas del globo (Alemania, Japón, Canadá, Estados Unidos, Gran Bretaña, Italia y Francia) criticaron al presidente ruso, Vladimir Putin, por haber brindado su respaldo al régimen sirio de Bashar al-Assad por su batalla contra la oposición rebelde, durante crecientes tensiones desde el inicio de la cumbre de dos días del G8 en Enniskillen (Reino Unido).
El presidente estadounidense, Barack Obama, hace el intento de aprovechar la primera reunión cara a cara con Putin del año para lograr convencer al gobernante ruso a lograr traer a Al-Assad a la mesa de negociaciones, con el fin de poner fin al sangriento conflicto.
El primer ministro británico David Cameron, quien funge como anfitrión de la cumbre del G8, aceptó que hay "una gran diferencia" entre las posiciones de Rusia y de Occidente con respecto a Siria.
Luego que Putin advirtió a Obama de los peligros de armar las fuerzas de Al-Assad, Moscú manifestó que no permitirá se impongan zonas de exclusión aéreas sobre Siria.
"Fundamentalmente no vamos a permitir este escenario", declaró el portavoz oficial de la Cancillería rusa, Alexander Lukashevich.
"Todas estas maniobras sobre zonas de exclusión aéreas y corredores humanitarios son consecuencia directa de la falta de respeto por la ley internacional", agregó.
Los gobernantes occidentales lanzaron fuertes críticas a Rusia, la principal potencia aliada del régimen de Al-Assad, al haber enviado armas a esas fuerzas para contraatacar a los rebeldes de la oposición siria.
"¿Cómo podemos permitir que Rusia siga entregando armas al régimen de Bashar al-Assad cuando la oposición recibe tan pocos armamentos y está siendo masacrada?", se hizo la pregunta el presidente francés, Francois Hollande, durante las negociaciones vigentes en el hotel de Lough Erne, donde se lleva a cabo la cumbre del G8.
Estados Unidos, sorprendido por las recientes victorias militares de las fuerzas de Al-Assad, y su respaldo por parte de las guerrillas de Hezbolá en la guerra civil, afirmó la semana pasada que aumentará la ayuda militar a los rebeldes, incluido el envío de armas automáticas, morteros livianos y lanzacohetes.
La Unión Europea (UE) también levantó su embargo de armas a Siria, permitiendo que Francia y Gran Bretaña armen a los rebeldes, aunque Cameron expresó que por el momento Londres no ha tomado una decisión al respecto.
El premier británico dijo estar "tan preocupado como cualquiera" acerca de "elementos extremistas y terroristas" en las fuerzas de oposición al régimen de Al-Assad en Siria.
"Estoy tan preocupado como cualquiera acerca de elementos dentro de la oposición siria que son extremistas y apoyan el terrorismo, y que son un gran peligro para nuestro mundo", declaró Cameron.