El Senado estadounidense hico la aprobación de una histórica reforma migratoria apoyada por el presidente Barack Obama, que estaría legalizando a unos 11 millones de indocumentados y un endurecimiento inédito de la frontera con México.

Con 68 votos a favor y 32 en contra de 100 senadores, la cámara aceptó un proyecto que supone la reforma de mayor importancia del sistema de inmigración en un cuarto de siglo en Estados Unidos.

Ahora será transferida a la Cámara de Representantes, donde la oposición republicana estará realizando su propia propuesta.

"Yes we can, yes we can" (Sí podemos, sí podemos), eran los gritos de los propulsores de la ley después de la votación, que fue dirigida por el vicepresidente Joe Biden, en su calidad de presidente del Senado.

"Los inmigrantes siempre han sido los grandes motores del crecimiento económico, innovación y renovación que este país ha conocido", manifestó en los últimos minutos del debate el senador demócrata Charles Schumer, integrante del esfuerzo bipartidista -ocho demócratas y cuatro republicanos- que hizo la preparación del texto original.

La aprobación del proyecto S744 en el Senado es la mitad del camino recorrido y aún tardarían meses antes para que un texto definitivo llegue al escritorio de Obama para que sea promulgarlo como ley, pero es lo más cerca que han estado los millones de inmigrantes ilegales de obtener sus papeles.

Los senadores demócratas mostraron un apoyo unánime al proyecto que, aseguran, arreglará el "roto sistema inmigratorio" actual, mientras que los republicanos estuvieron divididos.

El proyecto Seguridad Fronteriza, Oportunidad Económica y Modernización del Sistema de Inmigración, oferta aumentar el número de visas de trabajo, entregar papeles a 11 millones de inmigrantes ilegales, en la gran mayoría latinos, y permitirles solicitar la ciudadanía después de un periodo transitorio de al menos 13 años.

En compensación, el texto envía la orden de implementar una serie de medidas para fortificar la frontera con México para evitar millones de nuevos ilegales en el futuro.

El texto ordena duplicar el número de agentes en la frontera sur y aumento el presupuesto de miles de millones de dólares para completar y reforzar el vallado fronterizo (que ya tiene unos 1,100 kilómetros) al desplegar decenas de torres de vigilancia, aviones no tripulados (drones) y sensores.

Las medidas de seguridad agregan más controles sobre los empresarios y sobre la entrada y salida de personas con visa, condiciones ineludibles para la legalización de indocumentados.

En la Cámara de Representantes, los líderes más conservadores tienen en agenda consolidar todavía más la seguridad fronteriza y restringir el camino a la regularización de personas ilegales.

Las dos versiones del Senado y la Cámara deberán luego congeniarse en un texto definitivo, y podrían convertirse en ley a finales de año.