Los ministros de exteriores de América lograron ir un poco más allá ayer miércoles en Guatemala hacia un consenso para lograr la renovación política antidrogas a comienzos de 2016, a través de una asamblea de la OEA que fue escenario de un encuentro de distensión entre Estados Unidos y Venezuela.
Al terminar la primera de las dos jornadas del 43 periodo de sesiones, la Asamblea General de la OEA tomó el acuerdo de convocar una reunión extraordinaria en el primer semestre del año próximo para agregar dentro de la nueva estrategia antidrogas y abordarla en la sesión ordinaria de junio 2015, según a la informado por el ministro anfitrión, Fernando Carrera.
"Con eso definimos una ruta crítica para ir orientando y reorientado la (nueva) política de drogas continental" que regirá de 2016 a 2020, dijo Carrera, al anunciar un "consenso oral" sobre el mecanismo que dará seguimiento al debate sobre el narcotráfico, que será plasmado el jueves en la declaración final.
Momento cuando se inició la plenaria de la asamblea de la Organización de Estados Americanos (OEA), el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, volvió a sentar la política antidrogas de Barack Obama: una "política integral", que a la vez mantiene la represión y persecución policial.
"Estados Unidos no pretende tener un monopolio sobre la mejor manera de controlar las drogas. No hay respuestas simples ni soluciones uniformes", dijo Kerry, en la ciudad colonial de Antigua Guatemala, 45 km al suroeste de la capital.