Ayer el Nuncio Apostólico, Monseñor Fortunatus Nwachukwu ofició su primera misa en la Catedral Metropolitana de Managua, acompañado del Arzobispo de la capital de Nicaragua monseñor Leopoldo Brenes Solórzano y del Obispo Auxiliar de Managua, monseñor Silvio Báez Ortega.
“Queremos unirnos con esta Santísima Misa a toda la Iglesia Católica, que en estos días está viviendo momentos intensos de oración y de agradecimiento. Queremos agradecerle al Señor Nuestro Padre y dador de vida que nos ha elegido como su pueblo en el camino, en la Iglesia Católica”, expresó Monseñor Nwachukwu, durante la homilía dirigida a todo el pueblo Nicaragua.
La misa del tercer domingo de cuaresma fue ofrecida en acción de gracias por el papa Benedicto XVI dijo el Nuncio Fortunatus Nwachukwu . Dijo que después de 8 años de dirección de la iglesia católica el Papa dejó un ejemplo de humildad y coraje.
“El mismo Papa Benedicto XVI nos exhortó a pedir por él y por los cardenales que en estos días elegirán a su sucesor, así como por el futuro Papa”, dijo el Nuncio. Agregó el Nuncio Nwachukwu expresó que su llegada a Nicaragua es una representación del Santo Padre y de la Santa Sede y que, en un momento como el actual, en el cual se ha declarado Sede Vacante tras la renuncia del Papa Benedicto XVI, su labor en el país centroamericano está orientado a representar al Colegio de Cardenales en aras de mantener la unidad de la Iglesia Católica a nivel universal, sostuvo.
El Nuncio agradeció el recibimiento que le han dado las autoridades del gobierno del presidente Ortega y eclesiásticas. Hizo mención al Cardenal Emérito Monseñor Migue Obando y Bravo, quien forma parte de la comisión nacional de reconciliación y paz.