La plaga del gusano falso medidor que afecta cultivos de hortalizas, en particular los de col, en varias regiones del país, lo cual representa pérdidas significativas para los productores, podrá ser combatida a través de un bioinsecticida más potente desarrollado con una novedosa tecnología en el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) Unidad Irapuato.
Jorge Ibarra Rendón, adscrito al Laboratorio de Bioinsecticidas del Cinvestav, Unidad Irapuato, explicó que se trata del método conocido como biobalística que utiliza el bombardeo de micropartículas directamente hacia el insecto para desarrollar un virus recombinante.
“Estamos enfocados en desarrollar un virus que sea más potente y virulento que el que actualmente existe con este proyecto, el cual es apoyado por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) a través de Comisión Intersecretarial de Bioseguridad de los Organismos Genéticamente Modificados (Cibiogen).
La idea es poner este bioinsecticida en el mercado lo más pronto posible una vez que termine en agosto del 2014”, explicó Ibarra Rendón, quien encabeza el equipo de investigación.
El gusano falso medidor es un insecto plaga cosmopolita que llega a consumir de alimento tres veces su masa corporal, afectando cultivos de hortalizas en particular de col, lo que representa pérdidas significativas para los productores.
De acuerdo con el investigador adscrito al Departamento de Biotecnología y Bioquímica, los bioinsecticidas se han convertido en una buena opción para controlarla, pues sólo afecta directamente a la plaga sin representar ningún riesgo para el cultivo o el ser humano a diferencia de los insecticidas químicos que ante su amplio espectro de toxicidad pueden afectar a vertebrados y por ende, al hombre.
“Un bioinsecticida es un insecticida vivo, son microorganismos que se utilizan para matar a insectos mediante la infección, para ello se utilizan bacterias, hongos, virus, protozoarios y nemátodos que causan enfermedades en las plagas y las matan sin necesidad de sustancias químicas o sintéticas como en el caso de los insecticidas químicos”.
Actualmente en el Laboratorio de Bioinsecticidas del Cinvestav se trabaja con los cuatro principales grupos de bioinsecticidas que combaten plagas como el gusano del cuerno del tabaco, el cogollero del maíz, la chinche café del sorgo, las gallinas ciegas y los mosquitos, además del gusano falso medidor de la col.
“Tratamos de mejorar algunas de las cepas microbianas que se utilizan en los bioinsecticidas de diversas formas, una es buscar nuevas cepas que sean más tóxicas que la que se encuentran en el mercado. Utilizamos la ingeniería genética para mejorarlas, poniéndoles genes de otros organismos y así, aumentar su virulencia”.
En el caso de la cepa recombinante de granulovirus con mayor virulencia hacia el gusano falso medidor de la col, la recombinación se realiza a nivel insecto y no in vitro como normalmente se hace, por lo que se bombardea directamente al insecto con micropartículas de oro.
El objetivo es que con una menor dosis de la actualmente empleada, se elimine la misma cantidad de insectos gracias al aumento de toxicidad o virulencia. Esto significa elaborar cinco o seis veces más producto con un mismo lote, lo que reduciría costos.